A MI LINDO ECUADOR

“Con amor, hoy yo quiero cantar, sí señor, a mi lindo Ecuador. Con amor, siempre debes decir, por donde quiera que tú estés, ecuatoriano soy.”. Así, tan maravillosamente, describe a nuestra Patria la primera estrofa de la canción que lleva por título “A mi lindo Ecuador”. Una letra que en muchas ocasiones nos eriza el alma y nos hace sentir orgullosos de ser ecuatorianos. Hoy, mi Ecuador, como nunca y como siempre, atraviesa momentos críticos envuelto en una serie de problemas que ponen en peligro su existencia misma.

Ecuador debe enfrentar viejas y nuevas guerras contra la pobreza, el analfabetismo, la desnutrición crónica, el desempleo, la pobreza, la corrupción y una nueva lucha no convencional contra el crimen organizado, representado por bandas criminales y el narcotráfico, que abarca un gran número de actores vinculados a actividades privadas, públicas, productivas y otras.

Hay un fenómeno que nos preocupa particularmente como es la migración. Hasta septiembre de 2022, han abandonado el país 12.252 ecuatorianos según datos del Ministerio del Interior. La mayoría de estos compatriotas viajan en forma irregular y tienen como destino común Estados Unidos de Norteamérica con la esperanza de alcanzar mejores oportunidades de empleo y desarrollo económico que su país les ha negado.

Los migrantes viajan aún a costa de su propia vida, arriesgando ingentes recursos económicos con el fin de alcanzar sus sueños. Entre los viajeros encontramos gente humilde pero que se dedica desde la agricultura, albañilería, mecánicos, plomeros, hasta empleados privados, públicos, profesionales, estudiantes, amas de casa y otros.

La migración es un problema social que siempre va existir pero que en nuestro país se hace frecuente por las graves condiciones económicas que vivimos. Es una respuesta a la falta de acciones y resultados de nuestros gobernantes y una clase política sin jerarquía ni capacidad para atender los apremiantes problemas de los ecuatorianos que tienden a agravarse y que obligan a abandonar a su lindo Ecuador. Los ecuatorianos, hoy más que nunca demandamos unidad, trabajo en equipo con una visión de país, con capacidad para escuchar y dialogar. El antídoto a la violencia es el diálogo. La democracia se ampara en un buen gobierno y en el estado de derecho.

Dr. Paulo Jordán