Irán, cuya capital es Teherán, es el decimoctavo país más extenso del mundo con 1’648.195 km2. Tienen una población de casi 100 millones de habitantes, de diversas etnias. Es una república islámica del golfo Pérsico (Arábigo) con una gran riqueza histórica que data del imperio Persa. El sistema de gobierno se basa en un Ejecutivo encabezado por el presidente de la República, varios ministerios, un legislativo o Majlis que aprueba leyes. Por encima de esta realidad republicana se encuentra el Líder Supremo, que es elegido por la Asamblea de Expertos, el estrato superior del clero chiita. El Líder Supremo tiene la potestad de dibujar las líneas maestras de la política y ostenta la Jefatura de las Fuerzas Armadas.
En septiembre de 2022 se dio inicio a una serie de protestas como nunca antes vistas contra el gobierno religioso. Estas demandas se extendieron a las nuevas generaciones de mujeres y niñas, resultado de padres y abuelos que intentaron sin éxito cambiar el sistema desde adentro por un futuro mejor. Estas movilizaciones produjeron muchas muertes, heridos y jóvenes víctimas de la brutal represión dirigida por el líder supremo. El gobierno de Teherán, en medio de esta violencia pretendió reivindicarse, organizando el pasado 18 de enero el “Primer Congreso de Mujeres Influyentes”.
A este evento asistieron 4 legisladoras de la bancada del correísmo, lo cual ha sido muy criticado por varios sectores de la legislatura y del país. Recordemos que en estas protestas fue asesinada Mahsa Amini, una joven iraní de 22 años, quién habría sido golpeada brutalmente por los gendarmes por no usar su velo correctamente.
Las protestas que hoy vive Irán, se originaron en la “Primavera Árabe 2010 -2012”, que son una serie de manifestaciones populares organizadas por la población árabe que exige democracia, respeto a los derechos humanos y la garantía de una sociedad que pueda vivir en progreso y libertad. El viaje de nuestras Asambleístas a Irán es una muestra de la politiquería y el doble discurso que maneja nuestra clase política. En el país dicen ser respetuosos de los derechos, de la democracia, de la libertad, reclaman igualdad hombre – mujer, de las leyes, pero en el fondo respaldan gobiernos autoritarios, totalitarios y dogmáticos, en los que no existen derechos fundamentales para el ciudadano y peor aún respeto e igualdad con el sexo femenino, para quien la libertad aún es una utopía.
Por: PAULO JORDÁN
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