
Guillermo Oglietti, subdirector de Celag, creó una sociedad offshore en Uruguay, en diciembre de 2017. Desde ahí transfirió 400 mil euros, unos 500 mil dólares, a la empresa UC Global, para cubrir el costo de la seguridad del expresidente Rafael Correa y su familia en Bélgica, por un año. Correa nunca ha querido revelar el nombre de la empresa, solo aseguró al diario Página 12 que era “sin fines de lucro”. Oglietti fue parte del gobierno de la revolución ciudadana: entre 2015 y 2018 recibió una beca Prometeo, trabajó en el Ministerio de lo Laboral y en el SRI. Es un economista argentino de izquierda populista que creó la empresa Celag en 2014 y la consultora Neurona, que tiene relaciones con Podemos, en España. Ni Correa ni Oglietti respondieron a nuestras peticiones de entrevista.
Redacción Código Vidrio
El expresidente Rafael Correa y el argentino Guillermo Oglietti tienen muchas cosas en común. No solo proclaman las bondades del Socialismo del Siglo XXI y son parte del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), sino que tejieron una estrecha relación de favores económicos.
En el discurso, ambos son feroces críticos de los paraísos fiscales y las empresas offshore, como símbolos del neoliberalismo global que incentiva la evasión tributaria y el secretismo de empresas en todo el planeta. Incluso, en 2016, luego de que varios de sus funcionarios aparecieran con firmas en paraísos fiscales, en la investigación de Panama Papers, Correa reaccionó indignado e impulsó una consulta popular, que aprobó la prohibición de que autoridades públicas o de elección popular tuvieran inversiones o bienes en paraísos fiscales o empresas offshore, so pena de sufrir consecuencias legales.
Hasta ahí el discurso. En la práctica, Correa y Oglietti no tienen reparos en aprovechar el mecanismo de creación de firmas offshore por conveniencia mutua.
El primer capítulo de esta historia se remonta a mayo de 2017, cuando Correa estaba a pocos días de dejar el poder. Entonces firmó un decreto para que el gobierno ecuatoriano cubriera, una vez fuera del Palacio, los gastos de su seguridad y de su familia en Bélgica y Francia, por un período de hasta un año, que se podía extender.
Así, en junio de 2017 la administración de Lenin Moreno contrató a la empresa UC Global para que diera protección y vigilancia a Correa, su esposa y tres hijos. La misma empresa había protegido a las hijas del exmandatario, entre 2014 y 2017, en Francia y estuvo a cargo de la seguridad de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres.
El contrato de Oglietti con UC Global

Para la seguridad de la familia Correa-Malherbe el dispositivo implicaba el uso de 4 vehículos, 4 conductores y 5 agentes (2 solo para Correa). Esto quedó consignado en el contrato firmado por el entonces jefe del Servicio de Protección Presidencial (SPP), brigadier Ricardo Brito y Morales y David Morales. El costo por este servicio fue de 1 millón 140 mil dólares por un año, $95.000 mensuales.
Entre 2017 y 2018, los tres agentes de UC Global acompañaban a Correa en todos sus desplazamientos a otros países europeos.
En mayo de 2018, cuando se cumplió un año del contrato, el gobierno de Moreno decidió dejar de pagar la seguridad de Correa y su familia a Global. El antecendente fue la ruptura entre ambos, meses atrás.
No obstante, Correa resolvió seguir contando con UC Global para su vigilancia y protección y la de su familia. Para cubrir esos gastos acudió a su amigo y excolaborador durante su gobierno, Guillermo Oglietti.
Constitución de Cruper en Uruguay


Documento que certifica la primera transferencia de 200 mil euros, desde Cruper hacia las cuentas de UC Global, en Madrid, España.

El argentino es economista, subdirector de Celag, que creó como empresa en 2014 en Quito, y recibía apoyo financiero del régimen. El centro de pensamiento forma parte del eje regional de la difusión político-ideológica a favor del correísmo y de líderes populistas del socialismo latinoamericano y español.
Precisamente, Oglietti fue uno de los fieles devotos de la revolución ciudadana, en cuyo gobierno despegó como un becario Prometeo. En este programa ganó durante un año (2015-2016) un mensual de 4.630 dólares, según los registros de la Secretaría de Educación Superior. Recibió 58.993 dólares por investigaciones en ciencias sociales, periodismo e información, todo proveniente de fondos públicos.
En ese mismo período, el argentino fue director del Centro de Estudios del Trabajo del Ministerio de Relaciones Laborales. Luego fue contratado como asesor, de escala 2, en el Servicio de Rentas Internas, con un sueldo superior a los 3.000 dólares.

Estuvo en Ecuador de manera permanente entre 2015 y 2018. En este período realizó unos 12 viajes a Venezuela, según registros migratorios que revisamos. Fuentes del gobierno estiman que Oglietti era uno de los enlaces entre Correa y el gobierno de Maduro.
Entre el 19 y el 26 de junio de 2019 estuvo por última vez en en Quito y luego voló a Córdoba, Argentina, donde al parecer reside actualmente.
Precisamente su última estadía en este país coincidió con los días en que Correa y su familia dejaron de contar con la subvención económica del gobierno para tener la seguridad de UC Global en Bélgica. El 1 de junio de 2018, Oglietti firmó, como director de la firma Cruper S.A. un contrato con David Morales, administrador de la compañía de seguridad.
Cruper es una offshore domiciliada en Montevideo, Uruguay. Es una ciudad muy apreciada por inversionistas que buscan exenciones tributarias y reserva de las operaciones financieras que realizan. Estas firmas son creadas con mucha facilidad en ese país, que garantiza el ingreso y salida de capitales, que pueden, o no, provenir de fuentes ilícitas. Son, en muchos casos, empresas de pantalla para encubrir todo tipo de operaciones.
La sociedad de Oglietti se creó en diciembre del 2017 y está domiciliada en Colonia 981-305. Cuatro meses más tarde, el 4 de abril de 2018, él fue nombrado director. Como principal directivo de la firma concretó el contrato con Morales por pedido y sugerencia de Correa.
La operación con Cruper, según confirmó Morales, fue recomendada por Correa, que dejó sentada la necesidad de la renovación con Global en varios correos electrónicos. Este intercambio de mensajes se ha presentado como prueba en la justicia española, dentro de una demanda contra Morales que le planteó el exmandatario fugitivo en Bélgica.

Por el año de servicio, desde Cruper se hicieron varios pagos, según Morales. En total, Oglietti transfirió 400 mil euros, unos 500 mil dólares a Global. El primer desembolso, por 200 mil euros, se traspasó el 5 de julio de 2018, desde el banco Bandes Uruguay S.A. al Novo Banco, SA de Lisboa, Portugal, y de ahí a la cuenta de UC Global en el Banco Santander-Madrid. El segundo abono llegó el siguiente año.
En una entrevista con el diario argentino Página 12, publicada en octubre de 2018 https://www.pagina12.com.ar/149253-quieren-exterminar-a-la-izquierda-con-vocacion-de-poder, Correa dijo que la protección que recibía era básica, “gente desarmada, necesito tener al menos un chofer que sepa conducir en caso de emergencia. Lo paga una institución. No puedo decir cuál. La discusión en Ecuador es tan tonta que dicen ´¿si es tan popular para qué necesita protección?´ Pero además de eso, suponiendo que no tenga ningún enemigo personal, que es imposible, tengo secretos de Estado”. Y al ser consultado sobre si la empresa que pagaba por su seguridad era privada o pública respondió: “Es, digamos, sin fines de lucro”.
Morales contó que el pago desde la offshore uruguaya cubría la vigilancia de Correa, que mantenía un equipo de tres agentes, con quienes se movilizaba en un jeep Range Rover, y otro vehículo para su esposa y su hijo menor en Bélgica. También eran vigiladas las hijas del exmandatario solo si estaban en ese país, o cuando toda la familia se trasladaba a Francia.
En mayo de 2018, Correa decidió desistir de la contratación con UC Global, pero inicialmente empleó los servicios de dos agentes que le brindan seguridad todo el tiempo, en sus desplazamientos dentro y fuera de Bélgica. Uno de ellos es el español Ernesto Ruiz, que lo ha acompañado en todos sus viajes, incluidos los que ha realizado a México, Venezuela y España. Cubrir estos gastos implica un pago aproximado de 10.000 euros mensuales, por cada uno, además de los gastos por pasajes y hoteles.
Buscamos la versión de Oglietti en Celag, desde la semana pasada, pero no respondió a nuestras inquietudes. También contactamos a Amuari Chamorro, para tener un pronunciamiento de Correa, que tampoco contestó.

Oglietti, un inquieto empresario
“En nuestra latinoamérica existen dos estrategias favoritas muy nocivas para aumentar la rentabilidad del capital. La más visible es la evasión de capitales al exterior vía fuga. Las ganancias siempre se trasladan artificialmente hacia destinos tributariamente más benévolos”, escribía Guillermo Oglietti en el 2014, en un ensayo para Celag.
Desde este centro una de las líneas sostenidas de todos los personajes políticos y académicos que exponen y escriben artículos y ensayos es la crítica al neoliberalismo y algunas de sus prácticas, como el fomento de las offshore y los paraísos fiscales.
Aunque el Servicio de Rentas Internas (SRI) no incluye a Uruguay en su lista de paraísos fiscales, la Unión Europea ha observado en varias ocasiones a ese país por la facilidad para crear en su territorio sociedades privadas de papel, donde fluyen fácilmente fuertes capitales, provenientes de operaciones que buscan mantenerse anónimas. Es considerado un lugar seguro para el lavado de dinero.
Oglietti no solo aplicó sus conocimientos en economía en el campo académico sino que se convirtió en un intrépido empresario. En Quito creó Celag y la consultoría Neurona, empresas vinculadas con los mayores representantes del Socialismo del Siglo XII y de la izquierda de Sudamérica y España.
En 2014 se asoció con sus colegas prometeos Sergio Martín Carrillo y Alfredo Serrano Mancilla para crear Celag. El centro tiene en su consejo consultivo a Correa, el boliviano Álvaro García Linera, el brasileño Emir Sader, el colombiano Gustavo Petro, y el español Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos, que cogobierna en España.

Oglietti es el mayor accionista de Celag, luego de que en 2019 Mauro Andino le cediera el 25 por ciento de su paquete accionarial. Él siempre fue su director y con ese cargo contrató a Correa para que fuera profesor y asesor político. El nexo laboral arrancó en el 2018: el exmandatario fue el encargado de la “preparación, elaboración y dictado de charlas académicas”, por un pago mensual de 8.000 dólares.
El contrato siguió y, según Correa, hasta el momento es editor de su revista política y económica. Su sueldo se desconoce, pero es parte de sus ingresos junto a su trabajo como entrevistador en Russia Today, el canal financiado por el gobierno de Vladimir Putin, asesor y conferencista, cuyos montos ha mantenido en reserva.
Celag declaró en cero el pago de tributos en 2018 y 2019 al SRI. En 2017 pagó 22.534 dólares, mientras en 2016 fueron de 4.064.
Con la consultora Neurona, Oglietti buscaba entrar con todo a la difusión de publicidad y propaganda en las campañas electorales. En noviembre del 2016, el argentino creó esta empresa junto a la mexicana Andrea López, justo antes de la campaña presidencial que ganó Lenin Moreno.
El 2017 fue el mejor año para esa empresa, que pagó como Impuesto a la Renta 11.680 dólares y 3.925 por impuesto a la salida de divisas. En 2018 y 2019 declaró cero al SRI. Por eso, posiblemente Oglietti transfirió sus acciones al mexicano César Hernández Paredes.
Hernández es investigado por recibir fondos de Podemos, provenientes del estado español para su campaña electoral, para elaborar productos comunicacionales a través de Neurona. (Código Vidrio)