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FERNANDO VILLAVICENCIO…

Debía seguir vivo. Debió terciar y ganar la justa electoral. Sus investigaciones relacionadas a la actividad delictiva de Correa fueron clave para enjuiciar a un mandatario corrupto y un gran séquito de secuaces, como Jorge Glas. Cuando decide postularse a la Asamblea, sus capacidades se potencian, porque la documentación que debía analizar le llegaba con mayor facilidad y se sentía cómodo con su actividad de Presidente de la Comisión de Fiscalización y Control Político, pese al contexto de obstrucción de la alianza de UNES y Social Cristianos.

En su rol legislativo defendió principios que dicen mucho de su calidad humana. Cuando llegó la hora, pidió al Presidente dictar la Muerte Cruzada.

Su candidatura, casi en solitario tenía muchas posibilidades de éxito, por su exposición mediática y porque su lucha anti-corrupcion y anti-correista, hacían de él, la opción con mejores antecedentes para el cargo. Nada que ver con los improvisados por Correa.

Sus principios políticos lo llevaron a enfrentar enemigos peligrosos. Correa es un desquiciado que no pone límites ni escrúpulos a sus actos. Es sensible ante las imputaciones directas y tiene el dinero (robado) para ordenar a pandilleros y sicarios eliminar a quien le plazca, tal cual ordena las trifulcas indígenas y las masacres carcelarias.

Villavicencio ha enfrentado toda la corrupción de este país solo y recibió amenazas directas de Fito, ese delincuente empoderado gracias a la debilidad funcional del gobierno. Adelantaba además nuevos procesos desde la Asamblea contra la gigantesca corrupción en el manejo de la extracción petrolera.

Un gobierno con visión política, habría visto con buenos ojos a Fernando como el próximo presidente y habría protegido con mayor atención su vida y su condición política.

Era una opción extremadamente valiosa para el país, por su indeclinable voluntad de terminar con las fuentes de dónde emana tanta podredumbre.

Cuántas otras fallas se deben adjudicar a las omisiones del gobierno de Guillermo Lasso. Penosamente es poco acucioso y descuidado en las tareas que le competen. Sería bueno saber qué hace el Coronel Cobo en la Secretaría de Inteligencia. Cobo falló en el seguimiento de las amenazas proferidas; en la actividad subrepticia del correísmo y su grupo sedicioso; en la neutralización de la urdiembre de asesinatos, asaltos, matanzas hasta en contra del propio gobierno.

A Fernando Villavicencio se lo debió proteger, no con un piquete de inútiles, sino con inteligencia montada sobre los indicios existentes. Si cumplían con su deber como gobierno, Villavicencio estaba vivo. O no les valió la defensa que el solo hizo de un presidente desvalido cuando lo juzgaban en la asamblea.

Fernando Villavicencio ha muerto, pero queda un enorme legado que debería transformarse en el código de conducta de el anti- correísmo. Esa negra nube que gravita sobre la suerte y el destino de este país!

José Javier Villamarín ha posteado lo siguiente:

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CÓDIGO DE LA DEMOCRACIA.- “Art. 112.- Si un candidato o candidata a elección popular FALLECE… la organización política o alianza que auspicie esa candidatura podrá reemplazar con otro candidato de la misma organización política o alianza.”

Este Código no dice nada sobre la SUSPENSIÓN de Elecciones. De acuerdo al artículo citado éstas continúan. Nos queda esperar a que se pronuncie el Consejo Nacional Electoral acerca de cómo avanzará el proceso electoral.

Lo que yo pienso:

El asesinato del candidato, no puede considerarse una muerte que deba ser reemplazada. Es un grave trauma que afecta la condición moral de nuestra sociedad. Revela una situación de desquicio y ruptura de principios que nos rigen. Denota una descomposición que hay que mirar en su conjunto en fallas graves de seguridad en cárceles, calles, puertos, fronteras, instituciones que no pueden controlarse. Ecuador no puede seguir en tal descontrol y se deben asumir acciones extraordinarias para cortar por lo sano está deriva que de continuar, puede terminar con la poca institucionalidad que queda en pie.

Y añado: Los últimos meses hemos vivido una situación de inestabilidad política marcada por una minuciosa conspiración colmada de falsedades, cuya finalidad era conseguir que el Presidente del país renuncie. Además de levantamientos carcelarios políticamente estratégicos y levantamientos subversivos para crear la imagen de caos. La Muerte Cruzada y la debilidad del gobierno, han contribuido a esta situación de grave crisis.

CAZAR ASESINOS…

Es la misión que tiene el gobierno para compensar esta frustración que nos causa el vil asesinato a Fernando Villavicencio. Se lo debemos porque fue él quien investigo y denunció la repugnante corrupción del gobierno de Correa.

En el vídeo en que sale del mitin de campaña, se advierte su rostro asustado. Debió recibir una advertencia del atentado, porque así son de sádicos los asesinos.

Existen tres posibilidades del origen del que emanó la orden de quitarle la vida. La primera, de origen político, porque al ser el candidato de mayor mérito para conseguir mayor votación, el correismo no querría arriesgar su derrota, como la vez anterior.

Ya no tendrían los votos conseguidos por Arauz el 2021, con la oferta de los mil dólares a un millón de votantes, con fondos de la reserva.

La otra posibilidad es que Fito haya cumplido con su amenaza, denunciada por el propio Fernando.

Y la tercera, la nueva denuncia contra funcionarios de los tres últimos periodos, presentada hoy en la Fiscalía, por los contratos lesivos en Petro Ecuador.

Sorprende que luego de las amenazas contra su vida no se haya realizado una acción de inteligencia para desarmar el atentado.

Tampoco que no se haya reforzado su seguridad, especialmente en el acto masivo en qué fue asesinado. Lo esperaban a la salida y nadie lo advirtió. Que clase de protección se ofrece, si resulta tan poco eficiente. El mismo pudo haber esperado para salir por otra puerta, o para esperar por mayor protección.

Por qué el exceso de confianza, deja a la suerte una vida tan valiosa, como si no importase. Son hechos que enlutan, deprimen, pero además destruyen la posibilidad de un país para acceder a un buen gobierno con personas aptas que lideren su derrotero.

Está vez al menos, se tiene que descubrir la autoría intelectual. Quién fue el asesino de Fernando, cuáles fueron sus oscuras motivaciones, cómo puede reivindicarse está infamia!

ASESINOS!

El candidato presidencial con gran opción para llegar a ocupar ese cargo, ha sido abatido de manera infame. Sus verdugos lo esperaban fuera del local del mitin político sin que nadie entre su cuerpo de vigilancia lo advierta. No cumplieron con la misión que tenían. La inteligencia del Estado no funcionó. Hemos perdido la posibilidad de llevar al poder a quien dedicó su vida a denunciar la corrupción enorme de la que ha sido presa el País durante los últimos 16 años. El asesinato de Fernando Villavicencio no puede quedar como si nada. Eso significaría que hemos entregado todo un país, a la mafia, a la delincuencia, al tráfico de drogas, mientras el tiempo sigue su marcha hacia la debacle. Tiene que haber una salida a este laberinto. No se puede continuar con estás elecciones como que nada sucede. Sería como en Nicaragua, dónde asesinan o retiran la nacionalidad a los opositores. Aqui ni siquiera sabemos si es un asesinato urdido por políticos o por delincuentes o por un acto colusorio conjunto.

Por: ESTUARDO MELO MORENO