Los choferes profesionales de las cooperativas de taxis regularizadas en Machala, viven en constante amenaza por temor a ser víctimas de la delincuencia.
Y una nueva forma que han escogido los delincuentes para acechar a sus próximos objetivos, es hacerse pasar como pasajeros, pero a diferencia que lo ejecutan en complicidad con una mujer a fin de pasar desapercibidos.
Por pedido a la reserva de la fuente, lo llamaremos Carlos. Hace 15 días el profesional del volante recogió a una pareja en la calle Colón y Sucre. Fue aproximadamente a las 18:00.
Eran dos jóvenes entre 23 y 24 años, de contextura delgada, quienes le pidieron una carrera hasta el sector de la Unión Colombiana, jurisdicción de la parroquia El Cambio.
Carlos al ver que la fémina traía en sus brazos a un bebé, accedió a la carrera que tendría un costo de 6 dólares. El supuesto esposo se sentó en la zona del copiloto y ella en la parte de atrás.
El hombre que lleva más de 20 años en el taxismo, narró que todo transcurría con normalidad en el trayecto, aunque con un poco de asombro porque la criatura nunca se movió en los brazos de su supuesta madre.
MOMENTOS DE TERROR
Después de unos 15 minutos vivió momentos de terror. “Él sacó un arma de fuego y ella me apuntó con cuchillo y bajo amenazas de muerte me pidieron que detuviera la marcha del vehículo antes de llegar a la Y de El Cambio”, contó.
Sin embargo, ahí no terminaba su pesadilla. De un momento a otro se subió otro sujeto. Describió que el falso pasajero no lo dejaba de apuntar. El temor de él era que se le salga un disparo y pudiera ocurrir una desgracia. Se encomendó a todos los santos, añadió.
Inmediatamente los malandrines lo llevaron a una zona desolada de la vía Pajonal y ahí lo amarraron y lo dejaron botando en medio de unas plantaciones de banano. “Si quieres tener el carro de vuelta, dile al dueño que ya lo llamamos”, fueron las palabras de uno de los sujetos que amenazaba con dispararle si hacía un movimiento extraño.
Carlos cuenta que él solo era el chofer y que al propietario le exigían una cantidad de 5.000 dólares para ser devuelta la unidad amarilla. “Ya poseían hasta el nombre y el teléfono celular. No sé si fue al azar o ya me tenían vigilado”, agregó.
Ya en risas y lo que nunca va a olvidar, es que el supuesto bebé era una muñeca. “No me hicieron nada, pero viví momentos de pánico porque pensaba que me iban a matar”, manifestó.
CASO SIMILAR
Un caso similar le ocurrió a Pedro, quien pidió el anonimato. Relató que recién había salido a laborar y que solo llevaba 6 dólares; además de su teléfono celular y su billetera.
En el centro de la ciudad recogió a una pareja. Ambos le solicitaron que los llevara hasta la Circunvalación Norte y avenida Las Palmeras. El servicio fue pactado por 2 dólares.
Ya en lugar, le exigían que ingrese al barrio de 10 de Septiembre, pero ante la negativa de Pedro que a ese sector no entraba, sacaron desde su cintura una pistola y un cuchillo. La mujer se le apuntó por la espalda.
Al estar su vida en peligro, tuvo que acceder, porque las expresiones de los malhechores eran intimidantes, “ingresa o te matamos aquí”, recuerda. Pedro suplicaba que no le hicieran algo, incluso les decía que se pueden llevar el taxi, pero que no atenten contra su humanidad.
BOTÓN DE PÁNICO
Una vez en sector, empezaron a desvalijarlo; sin embargo, él en todo momento tenía aprisionado el botón de pánico que está enlazado con la consola del ECU 911.
Después de unos minutos llegaron elementos policiales del Grupo de Operaciones Motorizados, GOM, quienes lo auxiliaron y los pillos se escabulleron por las casas del sitio.
Aunque, uno de los policías indicó que con las características que él les brindó, se trataría de la ‘colorada’ que se hace pasar como pasajera para delinquir.
Finalmente, Pedro relató que ha conocido que ocho compañeros han sido víctimas en esta modalidad.
Las cooperativas de taxis en Machala han fijado como zonas calientes algunos sectores, a fin de que sus socios se abstengan en realizar carreras para que no sean blanco de la delincuencia. Solo a los clientes fijos prestan el servicio puerta a puerta.
PREOCUPACIÓN
El presidente de la Unión Provincial de Taxistas de El Oro, Manuel Olmedo, detalló que el gremio al que él representa, sus socios diariamente son asaltados y extorsionados cuando se roban los vehículos. “Nos piden dinero a cambio de devolvernos nuestras unidades”, reveló.
Pese a que el sector amarillo ha mantenido reuniones con las autoridades de la Gobernación, Policía Nacional, Agencia Nacional de Tránsito y ECU 911, donde han planteado la problemática, no han tenido respuesta, como por ejemplo, la colocación de cámaras y del botón de pánico en las unidades que aún faltan.
“Esto nos ayudará a bajar índice, porque beneficia al transportista y al pasajero. Desde hace cuatros años, no tenemos el servicio del monitoreo en Machala y en el resto de cantones de la provincia”, precisó.
Los taxistas al estar en riesgo, no tienen el servicio de monitoreo, solo queda grabado el hecho. En las mesas de trabajo también han planteado más operativos para controlar la delincuencia y al transporte informal. Finalmente, solicitan una capacitación para saber qué hacer cuando son víctimas de extorsión. (JHONNY CRESPO – DIARIO CORREO)
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