RADIO COLOSAL

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NO ESTAMOS EN LOS 80

Anunciar políticas para encarar la crisis, proponer cambios, aislados, no estructurales, manteniendo inalterado el narco-Estado plurinacional oclocleptocrático vigente, generador de inseguridad, corrupción, fraude electoral, injusticia e impunidad. Es similar a pretender que una mano leprosa, se sane, cambiando únicamente de guante.

No nos encontramos en la década de los 80 o 90, donde existía un incipiente pero perfectible Estado de derecho, con división de funciones. El Ecuador actual se caracteriza por someterse a leyes diseñadas para favorecer el delito y proteger a los criminales, que es en lo que consiste el narco-Estado, que implanta además, la doctrina estúpida de la “inmodificabilidad” de derechos, lo cual instituye desviaciones como: Ideología de género, que impone deconstrucciones conceptuales, por sobre hechos biológicos comprobables.

Pérdida de la autoridad familiar, paterna, docente, militar, religiosa, para trasladar esa potestad, a un órgano estatal. Lenguaje inclusivo, que otorga sexo y connotación racial a las palabras, para excluirlas del vocabulario y destruir la comunicación. Salud reproductiva, propiciadora del asesinato indiscriminado, a través del aborto. Plurinacionalidad, para desintegrar el Estado-Nación, donde lo que existen son etnias. Paridad de género, artificio legal, regulador de “igualdad”, donde no hay igualdad entre hombres y mujeres, porque somos distintos, pensamos diverso, actuamos diferente; son nuestros méritos, independientemente del sexo, lo que debe determinar nuestra ubicación en la vida y en la papeleta electoral.

Y así, seguirán apareciendo más “derechos inmodificables” que terminarán por arrasar la sociedad heterosexual, basada en la familia, la libertad, la propiedad y la Nación.

Ése sistema hay que desarmar. Primero, desmontar el andamio perverso que estructuró la “Constituyente” de 2008. Segundo, recuperar valores y virtudes cívicas. Solo entonces, se puede impulsar la profunda reforma institucional y recuperar la República democrática, liberal, unitaria que nos legaron los abuelos de nuestros tatarabuelos.

Noboa jamás debe olvidar que lo elegimos para escucharnos, para analizar nuestras propuestas, en busca del beneficio de la Nación, y actuar en tal efecto.

Debe hacer una diferencia fundamental: En sus empresas, él es el propietario. En la empresa Ecuador, nosotros somos los propietarios, él aceptó ser mandatario; por tanto, es nuestro empleado, nuestro gerente, como somos bilingües, nuestro “huiñachishca”.

Orlando Amores Terán