Juan, nombre protegido, fue desplazado de su casa por la mafia hacía un año. Con su esposa, hijas y nietas vivían en una de las invasiones de Durán, la ciudad más peligrosa del país. Pero una tarde de junio llegó la organización criminal para sacarlos a todos.
Al día siguiente su casa fue violentada por la misma agrupación criminal.
El padre de familia comenta que los habitantes que deciden quedarse, deben pagar a los delincuentes una mensualidad, para luz, agua y seguridad.
Roberto es otra víctima. Hace 6 meses él y su familia también fueron desterrados de su hogar.
Su esposa regresó a la casa, para recuperar sus enseres, pero los criminales intentaron secuestrarla.
Ambos, junto a sus familias, alquilan casas en otros cantones del Guayas.
En Durán no hay una cifra oficial de cuántas familias han sido desplazadas por las mafias. Solo en La Delia, una de las invasiones, hay 80 inmuebles abandonados, los uniformados presumen que los delincuentes despojaron a los dueños para mantener en cautiverio a secuestrados. (ECUAVISA)
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