Con el ciclo escolar en la Sierra y Amazonía cerca, una reciente declaración del Ministerio de Educación captó la atención de padres, educadores y autoridades. Alegría Crespo, ministra de Educación, anunció que se está evaluando la posibilidad de prohibir el uso de celulares en las aulas de los planteles ecuatorianos, en un intento de combatir la creciente inseguridad que afecta a los estudiantes.
Durante una entrevista en Radio Católica Nacional el pasado 28 de agosto, Crespo expresó que la medida busca enfrentar la problemática de seguridad que involucra robos y secuestros, eventos que se volvieron alarmantemente comunes en el país.
“La inseguridad también entra por los celulares”, afirmó Crespo, subrayando que el Ministerio de Educación está trabajando en una política específica para regular el uso de estos dispositivos móviles, que es popular entre los alumnos.
Crespo aclaró que esta medida, de ser implementada, no afectaría a las tabletas u otros dispositivos que se usan con fines educativos en algunos colegios. La propuesta, si se lleva a cabo, situaría a Ecuador junto a una creciente lista de países que optaron por restringir el uso de smartphones en las instituciones educativas, tales como Nueva Zelanda, España, Alemania y Estados Unidos.
OPINIONES DE LOS EXPERTOS
Para profundizar en los posibles impactos de esta medida, Wendy Aguilera Zamora, Coordinadora de la Carrera de Educación Inicial en la Universidad Técnica de Machala, dijo “Leí las declaraciones de la ministra Crespo y su enfoque parece estar más centrado en la inseguridad que en los aspectos pedagógicos del uso de celulares”, comentó Aguilera.
La coordinadora destacó que en la educación inicial, que abarca a niños de 0 a 6 años, el uso de celulares en las aulas es bastante limitado. “En la etapa de educación inicial, los celulares no son comunes en las aulas. Esto probablemente ocurre más en escuelas particulares, pero no es un problema generalizado”, explicó.
Desde una perspectiva pedagógica, Aguilera enumeró varios pros y contras del uso de dispositivos electrónicos en el entorno educativo. Entre los contras, señaló que el uso excesivo de pantallas puede retrasar el desarrollo cognitivo de los niños.
“Estudios científicos sugieren que la exposición prolongada a pantallas puede afectar habilidades clave como la resolución de problemas y el desarrollo del lenguaje. Además, hay preocupaciones sobre la salud mental, el sueño y problemas de conducta asociados con el uso excesivo de estos dispositivos”, dijo.
Por otro lado, Aguilera reconoció algunos beneficios potenciales. “Los dispositivos electrónicos pueden ser muy útiles para niños con discapacidades o necesidades educativas especiales. Existen aplicaciones educativas que pueden potenciar habilidades y facilitar el aprendizaje. Sin embargo, es crucial que se utilicen de manera controlada y supervisada tanto por los padres como por los docentes”, añadió.
Silvia Correa, docente jubilada, afirma que, aunque el celular es un importante avance en ciencia y tecnología para la comunicación, también puede convertirse en un distractor tanto para docentes como para estudiantes.
Correa sugiere que, dado el potencial distractor de los celulares, se podría considerar designar un área específica para su almacenamiento en las instituciones educativas y bloquear el acceso a páginas como redes sociales y contenido perjudicial. Además, destaca el riesgo asociado con la creciente delincuencia al llevar celulares.
Reconoce que las ventajas de los celulares incluyen la consulta sobre temas científicos y el cumplimiento de deberes escolares, pero siempre bajo la supervisión de adultos y padres. Sin embargo, advierte que los celulares pueden ser una amenaza física y emocional para los jóvenes, quienes aún están desarrollando principios y valores y pueden tener dificultades para distinguir entre lo bueno y lo malo.
Por ello, los celulares deben ser vigilados por adultos, y sugiere que existen mejores alternativas para el entretenimiento de los niños, como juguetes elaborados por padres y docentes.
PADRES DE FAMILIA
Anaís Granda, presidenta de Padres de Familia del Colegio El Oro, destacó que en su institución la preocupación por la seguridad llevó a un consenso entre los padres y docentes sobre la necesidad de limitar el uso de celulares. “En nuestro colegio, hemos observado que los celulares a menudo están asociados con problemas de seguridad y comportamiento. En algunos casos, se utilizan para actividades ilícitas y eso ha generado preocupación entre los padres”, afirmó Granda.
Granda también comentó sobre los desafíos que enfrenta la institución en términos de seguridad y control. “La situación en las escuelas es complicada. Con la falta de un control adecuado, los problemas de seguridad se vuelven más evidentes. La propuesta de prohibir los celulares podría ser un paso positivo para mejorar el ambiente escolar y reducir situaciones de riesgo”, concluyó.
Criterios
Wendy Aguilera:
“El uso excesivo de pantallas puede retrasar el desarrollo cognitivo de los niños y afectar su comunicación y salud mental. Aunque en la educación inicial los celulares no son comunes, es crucial que haya una supervisión adecuada para evitar estos problemas”.
Silvia Correa:
“No, definitivamente eso es una amenaza, pues física y emocionalmente recién estamos sembrando principios y valores, nuestra cultura, porque aún su cerebro está muy tierno, no puede diferenciar lo que es bueno o malo”.
Anaís Granda:
“Algunos padres están de acuerdo con la prohibición de celulares en las escuelas debido a que la falta de control ha permitido que la delincuencia y actividades ilícitas aumenten. La situación actual es preocupante porque los docentes no tienen una malla curricular tan estricta como antes”. (DIARIO CORREO)
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