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Porteños conviven con la zozobra y piden seguridad

Lo que debía ser una noche de celebración, fe y reencuentro comunitario terminó convirtiéndose en minutos de angustia para cientos de feligreses. La restauración del histórico Templo Faro, ubicado frente al malecón de Puerto Bolívar, era entregada oficialmente la noche de ayer cuando un hecho violento registrado a unos 200 metros del sitio provocó pánico generalizado.

UN ACTO DE FE INTERRUMPIDO POR DISPAROS

Aproximadamente a las 19:40, mientras concluía la eucaristía presidida por monseñor Vicente Saeteros, los asistentes escucharon inicialmente lo que creyeron eran petardos o cohetes propios de la celebración. Sin embargo, pronto se hizo evidente que se trataba de disparos, lo que desencadenó el caos.

Dentro del templo se encontraban cerca de 500 personas, según relató Freddy Guñuña Castillo, presidente del Consejo Pastoral del Templo Faro.

“Pensamos que eran festejos, pero ya cuando se escucharon más disparos y decían que incluso drones estaban sobrevolando, la gente entró en pánico”, explicó.

“Un pequeño grupo había salido al malecón para un compartir que había organizado la Alcaldía con humitas y café. Ese grupo regresó corriendo, gritando. Entonces todos cerramos las puertas y amontonamos bancas para protegernos”.

Aunque el ataque no iba dirigido al templo ni a las autoridades, varios impactos alcanzaron su fachada frontal. Se observan al menos cuatro orificios de bala, confirmaron feligreses que revisaron el sitio la mañana de ayer.

LO QUE SE SABE DEL ATAQUE

De acuerdo con información de la Policía Nacional difundida la noche del domingo, tres lanchas se habrían aproximado por el sector del malecón, a la altura de la UPC, desde donde se abrió fuego contra un grupo de personas que se encontraban libando en la zona. El ataque dejó una persona fallecida y un herido.

La intensa ráfaga habría alcanzado estructuras cercanas, entre ellas el templo recientemente renovado, generando la impresión de que el suceso ocurría mucho más cerca.

TEMOR ENTRE LA CIUDADANÍA

La mañana de ayer, el ambiente en Puerto Bolívar era de preocupación y desconcierto. Algunos vecinos acudieron al sector para enterarse de lo sucedido, sorprendidos incluso por la suspensión de clases.

Fernando Bolillo, residente del área y transportista escolar, expresó: “Me sorprendí al ver que no había clases. Vine a dar una vuelta y recién me enteré del tiroteo. Aquí lo que queremos es un ambiente sano, que la gente pueda venir con sus familias al malecón”.

Para Bolillo y muchos habitantes, la inseguridad amenaza los esfuerzos por reactivar el turismo, especialmente ahora que se ejecutan obras de regeneración del malecón.

“Falta como un 35% todavía de la obra. Ojalá esto no afecte el turismo. Pero sí se necesita más policía”, afirmó.

Otro ciudadano, Jacob Gallardo, relató el temor vivido por su familia: “Habían niños, adultos mayores… Mi esposa y mi cuñada estaban aquí. Vieron cómo la gente corría. Si no hubiera habido algo de presencia policial, hubiera sido peor”.

Gallardo asegura que aunque sí había policías, marinos y militares en el área por la ceremonia, el ataque los tomó por sorpresa debido a que los agresores habrían llegado por canoas.

Para la comunidad católica, el temor no debe apagar la fe. Así lo expresó Freddy Guañuna Castillo: “Pedimos que este susto no haga que la gente se aleje de los oficios religiosos. Después de dos años de reconstrucción y más de 40 años sin ver el templo así de hermoso, queremos retomar las celebraciones, especialmente ahora en Navidad”.

EL ALCALDE: “FUE UN HECHO AISLADO, PERO LAMENTABLE”

El alcalde de Machala, Darío Macas, lamentó los hechos en declaraciones a medios radiales.

Sostuvo que el ataque fue un acto aislado, no dirigido a la iglesia ni a las autoridades presentes, pero reconoció que la situación opacó el esfuerzo de recuperación del Templo Faro.

“Rechazo este tipo de acciones. No podemos permitir que nuestra gente no pueda disfrutar de los espacios públicos que trabajamos para recuperar”, afirmó.

“La iglesia representa para nosotros esperanza, oración, y no se puede ver empañada por actos delincuenciales”.

Criterios

Freddy Guañuna: “Pensamos que eran festejos, pero cuando comenzaron los disparos la gente entró en pánico; incluso regresaron corriendo quienes ya se dirigían al malecón. Cerramos las puertas y amontonamos bancas para protegernos, aunque luego supimos que el ataque no era contra la iglesia ni las autoridades”.

Fernando Bolillo: “Me enteré de lo ocurrido recién en la mañana y me sorprendió que no hubiera clases. Aquí lo que queremos es un ambiente sano para que las familias vuelvan al malecón, pero sí hace falta más seguridad para que estas obras no se vean afectadas”.

Jacob Gallardo: “Es lamentable que esto suceda cuando el malecón está casi terminado; habían niños y adultos mayores, y mi familia vivió momentos de miedo. Aunque había policías y marinos, los atacantes llegaron por canoa y si no fuera por la reacción policial, pudo ser peor”. (DIARIO CORREO)