La madrugada de este lunes, un nuevo convoy con ayuda humanitaria, víveres y combustibles ingresó a Ibarra. El presidente Daniel Noboa, acompañado de varios ministros, encabezó la caravana que avanzó entre bloqueos en la Panamericana.
Hubo hermetismo sobre las actividades que iba a realizar el primer mandatario en la capital de Imbabura.
En la mañana mantuvo una reunión con parte de su gabinete en el hotel Ajaví, al oeste de la ciudad. Luego saludó a simpatizantes y se trasladó a la Gobernación, donde continuó con encuentros a puerta cerrada sobre la situación del paro.
Horas antes de su llegada se produjeron nuevos enfrentamientos en la comunidad Rumipamba, parroquia La Esperanza, al sur de Ibarra.
La fuerza pública lanzó gases lacrimógenos para habilitar la vía Ibarra–Zuleta–Olmedo, y comuneros respondieron con piedras y bombas molotov.
Tras los incidentes, los manifestantes volvieron a cerrar el paso hacia Pichincha y destruyeron un canal de conducción de agua potable que abastece a 5 000 personas de La Esperanza, La Cadena y Caranqui.
“En este momento estamos tratando de hacer el arreglo, conversar con ellos pero no nos permiten. Esperamos que algún momento ellos dejen esa actitud porque a la final el servicio espara la zona de ellos mismos“, dijo Giovanni Rivadeneira, gerente de la Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Ibarra (Emapa).
Entre la noche del domingo y la madrugada de este lunes, habitantes de comunidades en Otavalo y Cotacachi denunciaron intermitencias en el servicio de internet y cortes de luz no programados.
El Gobierno lo atribuyó a acciones de los manifestantes y lo calificó como un intento de caotizar la provincia. Frente a estos hechos, los alcaldes de los seis cantones de Imbabura y el prefecto activaron de manera permanente el COE Provincial.
En su primera reunión resolvieron cinco puntos, entre ellos, pedir un proceso de diálogo entre las partes y exigir el cese de actos violentos, tanto de manifestantes como de la fuerza pública. El Ejecutivo, sin embargo, insistió esta mañana en que no habrá negociaciones.
Así han avanzado los convoyes hacia Imbabura
En la Sierra Norte del país, las sirenas, sonidos de explosiones y gritos que ordenan detenerse o avanzar marcan el paso de los convoyes para el abastecimiento de productos y combustible.
Por seguridad, los militares autorizan la salida de las caravanas son en las noches, pero no en todas. Desde que inició el paro nacional hace ocho días, se han ejecutado cuatro ocasiones.
La aprobación de los convoyes depende de la información de la inteligencia militar que valora los tramos cerrados, el tipo de obstáculos en las vías y el número de manifestantes.
Los convoyes salen de manera simultánea desde dos puntos, uno desde el sur, desde el sector de El Cajas, en el límite de Pichincha, hasta el redondel de la González Suárez, en Imbabura.
El otro inicia en el norte, en Ibarra, hasta el redondel de la González Suárez, cerca del lago San Pablo. Este es el trayecto más peligroso. Hay por lo menos 100 bloqueos y cuando pasan por Natabuela, Atuntaqui, San Roque, Cotacachi, Otavalo, la Esperanza, San Rafael, y González Suárez, hay enfrentamientos con los comuneros.
Pasar un obstáculo puede tardar 20 minutos mientras la fuerza pública mantiene alejados a los manifestantes. Hay puntos considerados de alto riesgo.
En San Rafael y La Esperanza, por ejemplo, los comuneros lanzan voladores, piedras y bombas molotov desde montañas cercanas y de edificaciones que están cerca de la carretera. Los uniformados responden con gas y perdigones.
Mientras en el frente, los militares dan seguridad a la maquinaria pesada que retira los obstáculos. En la parte de atrás hay menos protección. Cuando pasan los primeros vehículos se dispersa el gas lacrimógeno y los manifestantes se reagrupan.
Atacan a los rezagados. Muchos vehículos que llegan desde el norte, deben quedarse en el redondel de El Cajas debido a los golpes, las llantas ponchadas o por temor a ser retenidos.
El último convoy se produjo luego de que se conociera la muerte de un comunero en Cotacachi. Las autoridades aumentaron la seguridad militar y cerca de 200 vehículos llenos de soldados se dirigieron desde Quito hacia Imbabura.
A pesar del aumento de uniformados, los manifestantes impidieron que lleguen todos y algunos no pasaron del redondel de El Cajas. (ECUAVISA)
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