En un país pequeño como el nuestro, heterogéneo, lleno de dificultades, ganado por la ignorancia y el bajo desarrollo cognitivo, la DEMOCRACIA, más que un sistema para gobernar, se ha convertido en los hechos, en un obstáculo para su desarrollo. Sus habitantes no encontraron una manera para ponerse de acuerdo.
La Democracia representativa es un caos de ineficiencias, donde sus instituciones fundacionales son tergiversadas y devaluadas. Se ponen en evidencia el terrorismo político y populismo constitucional.
El régimen de partidos políticos, no propone candidatos idóneos entre los que se pueda escoger. Los partidos no pasan de ser clubes electoreros, sin bases conceptuales, sin soporte popular, sin cuadros, sin ideología, sin proselitismo. Se presentan en las lides solamente para evitar su eliminación del registro.
Cuando el votante se acerca a las urnas, tiene que escoger al menos malo y para colmo, hasta su voluntad en las urnas tiene al FRAUDE como respuesta. Así y todo lo menos malo parece el sistema democrático.
La Democracia ecuatoriana está actualmente bajo el acecho de un peligro que le toca sortear cada vez con mayor denuedo, para evitar que el País caiga nuevamente en manos del correísmo. Ese cáncer que se instaló el 2007 y que pretende convertirse en metástasis, que arrasó con la institucionalidad, la racionalidad y la decencia e intenta por todos los medios volver a instalarse para llevarnos a la VENEZOLANIZACIÓN de nuestro pueblo y la instauración de una casta de corruptos que aspiran a adueñarse de la riqueza del país y sus autodeterminación.
Lo sentimos como una amenaza real, porque conspira, urde, difama, utiliza las instituciones, se infiltra, degrada, contamina la vida pública, para pescar a río revuelto, utilizando el dinero que nos esquilmó.
Utiliza su poder de convencimiento con la gente humilde que todavía sufre los efectos de diez años de propaganda goebeliana, repartiendo el dinero que usurpó, en campañas de desprestigio y destrucción, que son verdaderos actos de subversión y conspiración.
Más de 500 “sabatinas” que taladraban la mente de los ecuatorianos humildes incapaces de discriminar lo verdadero de lo falso; UN MIL QUINIENTOS MILLONES de dólares gastados en propaganda para disfrazar la verdadera intencionalidad de ese gobierno; descalificar opositores, insultar y denigrar. Cuánta obra pública pudo financiar ese gasto, realizado con el único propósito de enmascarar un asalto al País.
Ese peligro debe enfrentar el ecuatoriano durante todas las campañas eleccionarias, en las que el correísmo utiliza el fraude y su truculencia divisoria; golpes de efecto, ofertas populistas para que sus candidatos se mantengan en situación ventajosa.
Al momento, existe una consciencia clara en la mayoría de ecuatorianos, que estamos en dos bandos diametralmente opuestos de pensamiento. Un pulso político de facciones de similar fuerza, pero de sentido contrario, que confronta dos corrientes y cada una ostenta una verdad relativa que los confronta.
Correa y el Correísmo, (dos malas palabras que deberían ser desterradas del diccionario) que sustentan y acomodan versiones falsarias, pero que las sostienen como si fuesen lapidarias.
Dicen que el gobierno de Rafael Correa ha sido lo mejor que le sucedió al País desde su fundación:; que sacó de la pobreza a dos millones de ecuatorianos; que fue propulsor de obras monumentales; que no existía criminalidad; que había dinero en manos de los ecuatorianos; que nadie moría de hambre; que la atención en salud era óptima, que las carreteras eran las mejores de Sudamérica; Que los fondos públicos estaban bien utilizados y administrados, etc., etc.
Esto lo sostienen todos los correístas, cada vez que les ponen un micrófono por delante y defienden a ese gobierno y a su líder, con una convicción digna de mejor causa.
Tanto así, que el dos veces candidato de la revolución ciudadana Andrés Arauz, se atreve a negar el sobreprecio en los contratos del correísmo y dice que se le presente algún pronunciamiento judicial al respecto. Solamente en la repotenciación de la refinería que debió costar 700 millones, gastaron $2.200 millones en contratos con sobreprecios con testaferros del gobierno que sub-contrataron con los propios expertos. En este caso fueron sentenciados los funcionarios de Petroecuador como Pareja Yanuselli.
La nueva candidata a la presidencia, igual. Dice que quién mejor que Rafael Correa como su asesor económico del nuevo gobierno, dada su experiencia y conocimientos económicos.
Falacias como aquellas, las expresan sin pestañar. Está totalmente convencidos que los antecedentes que los mantiene en la palestra política, son dignos de ser resaltados y exhibidos con el mayor orgullo.
Correa, el mayor delincuente de este país, estafador a la séptima potencia, como sus siete doctorados honoris causa, se pasa desprestigiando e insultando al país, a su gobierno, a su presidente, en todos los foros en que es recibido por afinidad política. Lo hace, porque no encuentra mejor manera de ocultar su desvergüenza, que denostando de aquellos que trataron de encontrar remedio a la debacle que urdió y al botín que se llevó. Reta a todos que le demuestren si ha robado un solo dólar y que digan dónde lo esconde.
El hecho es que por alguna incomprensible razón se niegan a admitir sus aberrantes culpas y se declaran inocentes, pero la prueba más palpable es la situación de ruina en que quedó ele país.
Para las personas que no se inscriben en esa pantalla de falsedades en cambio, Correa, el correísmo, el gobierno de diez años, los juicios hasta el momento sentenciados, La prisión de Glas y demás delincuentes, su ilegal salida, el botín enorme en manos de Correa, el embargo petrolero causado por la deuda a China, la impagable deuda, la insostenibilidad de las finanzas públicas, son causa directa de los actos administrativos durante los diez años de ese desgobierno.
Qué es lo que tiene que prevalecer en el manejo de los asuntos relacionados con el gobierno del Ecuador.
Una ficción forzada, producto de diez años de propaganda y una campaña de permanente desprestigio, conspiración, apropiación ilegítima de las instancias públicas, procesos pendientes sin sentencia, desfalco, propiciada por delincuentes reales, o, un análisis serio, sin terceras intuiciones que consiga sacar al país del empantanamiento creado por un sociópata.
Quiénes son los últimos responsables del destino de este país. A quiénes señalaremos esta vez! Por: ESTUARDO MELO MORENO Caricatura: BETO CARICATURAS LA DATA
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