Que los generales de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, Alonso Espinosa y Rodrigo Barahona, pudieran ser los autores intelectuales del asesinato del general de la misma rama, Jorge Gabela, según consta en el Tercer Producto reconstruido, presentado en estos días por el perito Roberto Meza, es algo que ya conocía el entonces presidente de la república, Rafael Correa, y los miembros del Comité Interinstitucional que, para investigar el asesinato del general Gabela, creó el presidente.
En la sesión del Comité, del 18 de noviembre de 2013, se conoció y discutió el Tercer Producto -luego extraviado y falsificado- que presentó el perito Meza, contratado por el gobierno de Rafael Correa para investigar el asesinato de Gabela. En esta sesión, en la que se conoció la identidad de los posibles autores intelectuales del crimen, estuvieron presentes Lenín Lara, ministro de Justicia de la época, Homero Arellano, ministro coordinador de Seguridad; Diego Guzmán, secretario de Transparencia; y los delegados de los ministros de Defensa y del Interior, María Fernanda Espinosa y José Serrano. Tiempo después, Ledy Zúñiga, que sucedió a Lara en el Ministerio de Justicia, leyó públicamente un informe falso.
Ninguno de los miembros de esta comisión tenía la capacidad de decidir qué hacer con este informe, así que la orden de ocultarlo y falsificarlo debió provenir de más arriba, de El Jefe. El Jefe ordenó y los funcionarios obedecieron.
Estos funcionarios, obedientes hasta la ilegalidad, pertenecen a la categoría, hoy reivindicada, de borregos. Especie que presenta orígenes diversos. Algunos borregos lo son por temperamento: nacen para obedecer, ya sea a una causa o a alguna persona que les quite el peso de decidir por su cuenta. Otros se vuelven obedientes por oportunismo o miedo, y otros, los clientes, porque han recibido un beneficio del pastor del rebaño (con dinero que no le pertenece) y le están agradecidos.
El mayor problema de la obediencia de rebaño es que tiene un gran potencial criminógeno. El manejo que del Tercer Producto hicieron los funcionarios del correísmo no deja dudas al respecto. Ocultación de información, falsedad ideológica, encubrimiento, obstrucción de la justicia son algunas de las conductas delictivas que pueden imputarse a dichos funcionarios y al propio expresidente de la república.
Las ovejas que, obedeciendo órdenes, encubren un crimen cometiendo otros, no balan, aúllan; no pastan, salen de caza. Esta, la oveja criminal y depredadora, la oveja aulladora; epítome de la ideología, la práctica y la personalidad de rebaño, es la que hace falta en la galería de borreguitos de los Alvarado. (FERNANDO LOPEZ – LA REPUBLICA)
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