Con los tipos de interés apuntando a la baja después de unos años in crescendo como antídoto del Banco Central Europeo (BCE) contra la inflación, los pequeños ahorradores deben buscar alternativas a los depósitos o las cuentas remuneradas, donde las rentabilidades se situarán previsiblemente por debajo de lo que lo hacen en la actualidad.
La inversión en metales preciosos, sobre todo el oro o la plata, se ha presentado tradicionalmente como una apuesta casi segura para quienes quieren diversificar su cartera de inversiones.
Pese a que en estos activos refugio la rentabilidad tampoco está al 100% asegurada, ya que también se ven afectados por los vaivenes del mercado, su comportamiento en líneas generales siempre ha sido al alza. Pero en los últimos tiempos hay un metal que ha desatado la fiebre entre los inversores: el iridio, cuyo precio escaló en los últimos cuatro años de los 1.650 dólares la onza troy (unos 31 gramos) a los 5.250 actuales, según datos de la consultora de metales preciosos Heraeus.
“Las perspectivas fundamentales para el iridio siguen siendo sólidas y existen riesgos de que la oferta sea menor de lo previsto”, señala la compañía en un informe sobre las previsiones de 2024, donde el precio podría alcanzar los 6.500 dólares por onza.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el mayor organismo público de investigación científica en España, explica en su cuenta de X -antes Twitter- que el iridio “es un metal con un alto punto de fusión, resistente a la corrosión y útil en aleaciones” que “abunda en los meteoritos” y “se usa en puntas de bujías de automóviles, en motores de aviación y en crisoles“. Además, “su isótopo radiactivo 192 se usa en radioterapia para enfermos de cáncer”.
“El iridio ha experimentado una importante revalorización debido a su rareza y a la creciente demanda de sectores como la electrónica, la automoción y aplicaciones electroquímicas. La rentabilidad del iridio puede ser alta en aplicaciones especializadas donde sus propiedades únicas ofrecen ventajas significativas sobre otros materiales, lo que justifica su precio más alto”, afirma Daniel Marburger, CEO de StoneX Bullion Gmbh, plataforma de compraventa de metales preciosos.
Muy escaso en la corteza terrestre
El descubrimiento del iridio se atribuye al químico inglés Smithson Tennant, quien en 1803 disolviendo platino bruto en agua regia (ácido clorhídrico y nítrico) observó que siempre quedaba un pequeño residuo en el que halló este elemento junto al osmio.
Con una apariencia entre blanco y plateado, este metal perteneciente al grupo del platino tiene un origen fundamentalmente extraterrestre debido a su importante presencia en los meteoritos pero es muy escaso en la corteza terrestre.
Al año se comercializan alrededor de 3.000 kilos, lo que equivale a aproximadamente 100 000 onzas troy. En la actualidad, el principal productor de iridio en el mundo es Sudáfrica, de donde proviene más del 85% de la producción mundial.
Este metal también se ha puesto de moda porque cada vez más se usa para la producción de hidrógeno verde, fuente de energía limpia para desplazar a los combustibles fósiles.
“La producción de hidrógeno verde es cada vez más importante para la demanda de iridio. En 2022, se produjo un aumento repentino en la producción de electrolizadores y un gran salto en la demanda de iridio desde una base muy baja. A esto le siguió otro aumento en 2023 y se espera un mayor crecimiento en 2024″, indica Heraeus.
Demanda sostenida
Marburger asegura que este auge del iridio “no se considera una tendencia pasajera”. “Sus propiedades únicas y la creciente dependencia de tecnologías avanzadas sugieren una demanda sostenida”, justifica. No obstante, precisa, “la dinámica del mercado puede fluctuar según los avances tecnológicos y las sustituciones de materiales”.
Para el CEO de StoneX Bullion Gmbh, la inversión en iridio no se puede equiparar a las inversiones en la plata o el oro, que en el primer trimestre del año ha batido récords y superado los 2.400 dólares por onza, que son más estables.
“Si bien el iridio se puede comparar con el oro y la plata en términos de ser un metal precioso, su mercado y sus aplicaciones difieren significativamente. El oro y la plata se utilizan ampliamente para inversiones, joyería y aplicaciones industriales, mientras que el iridio se utiliza principalmente en contextos industriales y de alta tecnología debido a sus propiedades específicas. En términos de inversión, el iridio es menos común, pero puede ser una opción atractiva para quienes buscan metales especializados y de alto valor”, concluye.
Fuente: 20minutos.es
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