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Josmar Eduardo A. C. cumplirá 2 penas máximas agravadas por los delitos cometidos contra 2 niños

Quito (Pichincha), 17 de febrero de 2025.- Josmar Eduardo A. C., de 41 años, fue sentenciado a dos penas máximas agravadas, con base en las pruebas justificadas por la Fiscalía General del Estado.

En el primer caso, el Tribunal de Garantías Penales le impuso una sentencia de veintinueve años y cuatro meses de prisión por la violación a “Valery”, una niña de 7 años.

Por otro lado, en el caso de “Ángel” ‒de 5 años‒ otro Tribunal Penal sentenció a Josmar Eduardo A. C. a treinta y cuatro años y ocho meses de privación de libertad por desaparición con resultado de muerte.

Sully, madre de ambos niños, fue reconocida como víctima secundaria de la desaparición y muerte de Ángel. Los tres integrantes de esta familia permanecieron en cautiverio y fueron sometidos a torturas y vejaciones de todo tipo por parte del ahora sentenciado.

“La crueldad se define como la respuesta emocional de obtención de placer en el sufrimiento y dolor de otros”, expresó el Fiscal que llevó la causa de Ángel al inicio de la audiencia de juzgamiento.

Amenazas, abuso, cautiverio y maltrato

En 2021, Sully llegó a Ecuador junto a su pareja, Miguel, y sus dos hijos Ángel y Valery. La familia se estableció en el sur de Quito. En su búsqueda de empleo, Sully aceptó un trabajo para promocionar servicios de internet. Josmar Eduardo A. C. era el dueño y jefe del negocio.

Una deuda de 300 dólares con Josmar desencadenó una tragedia. Bajo amenazas de muerte hacia Sully y su familia, él exigió que pagara la deuda con favores sexuales. Aterrada, ella fingió separarse de Miguel para protegerlo. Los hermanos de Sully vivieron con ella, los niños y Josmar por un tiempo, pero tras la partida de ellos hacia Perú y de Miguel hacia Estados Unidos, la joven y sus hijos quedaron aislados.

Aunque al principio Josmar era afectuoso con los niños, todo cambió cuando la familia de Sully dejó el país. Josmar llevó a su expareja y a sus tres hijos a vivir en la misma casa: entonces, comenzaron los abusos.

Sully y sus hijos vivieron bajo un control total. Josmar los incomunicó, instaló cámaras para monitorear sus movimientos y obligaba a Sully a hacer videollamadas cada vez que salía. Los niños no asistían a la escuela, sufrían un cautiverio constante.

El agresor se ensañó con los niños

Los niños fueron víctimas de la mente criminal de Josmar. El pequeño Ángel conoció la violencia extrema, pues lo dejaba sin comer, lo castigaba desnudo en una esquina o encerrado en un cuarto oscuro, lo mandaba a dormir mojado afuera de la casa, sin sábanas ni cobijas. La madre lloraba y gritaba, pero no podía hacer nada.

Josmar le decía que si insistía, mataría al niño.

Para Valery, la realidad no era mejor: fue sometida a amenazas, ahorcamientos y asfixias con agua, mientras era víctima de frecuentes agresiones sexuales.

La situación de violencia alcanzó su punto más cruel cuando Josmar Eduardo A. C. embarazó a Sully. Quince días después del nacimiento del bebé, el 28 de agosto de 2022, el agresor se llevó a Ángel con el pretexto de cortarle el cabello. El niño nunca regresó.

La desesperación de Sully crecía con cada pregunta que hacía sobre su hijo. Josmar siempre respondía de manera escalofriante: “si quieres verle, denuncia para encontrarlo en pedacitos”.

La búsqueda incansable

Casi un año después de la desaparición del niño, un hermano de Sully ‒Reinaldo‒ logró ubicar la vivienda donde creía que estaban ella y sus hijos.

El 8 de agosto de 2023, llegó a la casa y golpeó la puerta. Josmar abrió, reaccionó con violencia y lo persiguió con un cuchillo, asegurando que Sully y los niños ya no vivían con él. Ese mismo día, se mudó apresuradamente con todos.

Reinaldo denunció la desaparición, lo que llevó a una investigación en Fiscalía. El 13 de diciembre de 2023, una llamada telefónica permitió ubicarlos en un inmueble en el Centro de Quito.

El hallazgo y la desgarradora confesión

Cuando Fiscalía y Policía allanaron el domicilio, se encontraron con una escena desgarradora. Allí estaba Sully junto a un bebé, Valery y los otros tres hijos de Josmar. Sin embargo, el pequeño Ángel no estaba presente: “fue un cuadro dantesco, las condiciones en las que fueron encontrados todos los niños”, afirmó el Fiscal.

Josmar Eduardo A. C. fue aprehendido y trasladado a la Unidad de Flagrancia. Allí, de forma voluntaria, pero exigiendo la presencia de Sully, confesó que había asesinado a Ángel y condujo a las autoridades hasta el lugar donde había dejado los restos del niño.

Sentenciado por la desaparición y muerte de Ángel

Ángel solo conoció el dolor de la tortura física y psicológica, la violencia extrema y la humillación, antes de que Josmar Eduardo A. C., le quitara la vida, fragmentara su cuerpo, lo incinerara y guardara los restos en tres fundas pláticas que enterró en el sector de El Panecillo.

La autopsia médico-legal determinó lesiones antemorten, producto del maltrato extremo que le provocó a Ángel. El deceso del pequeño sucedió seis meses antes del hallazgo de sus restos, como consecuencia de un golpe contundente en la base del cráneo, en julio de 2023.

“La pregunta es: ¿qué hizo con el niño durante casi un año?”, dijo el Fiscal en la audiencia de juicio durante el alegato de cierre. Ángel vivió encerrado algunos meses en una casa abandonada, mientras era torturado, vejado, maltratado y degradado.

Después de exponer los elementos probatorios en la audiencia de juicio, el Fiscal exigió la pena máxima agravada en su alegato de cierre. El  Tribunal, tras haber analizado las pruebas testimoniales y documentales presentadas, lo sentenció a treinta y cuatro años y ocho meses de prisión.

Fiscalía también obtuvo sentencia por la violación de Valery

En la audiencia de juzgamiento por violación en contra de Josmar, a mediados de 2024, el Fiscal Especializado en Delitos de Violencia de Género dijo al Tribunal Penal que –durante un tiempo intolerablemente largo– Valery soportó un sufrimiento indescriptible: “en esta causa nos enfrentamos a un caso que desafía toda comprensión, se trata de abuso físico, sexual, de poder y confianza, en el que el perpetrador se aprovechó cruelmente de la indefensión de una niña inocente”.

El último ataque sexual sucedió unas horas antes de ser rescatada por las autoridades, el 13 de diciembre de 2023. Por las graves lesiones causadas, la niña tuvo que ser intervenida quirúrgicamente.

En este caso, el Tribunal lo sentenció a veintinueve años y cuatro meses de prisión, sustentando su decisión en las más de quince pruebas presentadas por Fiscalía.

El fin de una historia de terror

Desde su rescate, Sully, su bebé y Valery permanecen en una casa de acogida, bajo intervención médica y psicológica. La joven, ahora de 25 años, ha solicitado ayuda a un organismo internacional de Derechos Humanos para salir de Ecuador. A pesar de que Josmar está en prisión desde diciembre de 2023, ella no se siente segura.

El Fiscal del caso hizo un llamado a la ciudadanía, explicando que algunos vecinos fueron testigos de las condiciones infrahumanas en las que estaba Ángel y no denunciaron. Instó a no ser indiferentes ante casos de maltrato infantil, recordando que defender la vida y la integridad de niños, niñas y adolescentes (NNA) es un acto de empatía y humanidad. (FGE)

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