Hoy se cumplieron ocho días de la intervención en ese centro asistencial. Allí se han registrado amenazas a sus funcionarios y personal por parte de grupos delictivos.
En los exteriores del Hospital del IESS Carlos Andrade Marín (HCAM), de Quito, el martes 29 de abril de 2025, no hubo ni policías ni militares, aunque hoy se cumplieron ocho días desde que fue intervenido por el Bloque de Seguridad del Gobierno.
Este es el segundo hospital de la Seguridad Social intervenido, tras el Teodoro Maldonado Carbo, en Guayaquil, en febrero.
En el HCAM también se han registrado amenazas hacia sus funcionarios y personal por parte de grupos de delincuencia organizada.
El hospital no está militarizado, pero un grupo de la policía investiga internamente. El presidente del directorio del IESS, Eduardo Peña, espera los resultados, aunque adelantó algunos cambios.
“En el Carlos Andrade Marín vamos a cambiar a los guardias que daban seguridad de una empresa privada”, dijo Peña.
Según el funcionario, también habrá igualmente desvinculaciones.
Durante este Gobierno, por el HCAM han pasado cinco gerentes. Dos de ellos salieron por amenazas. Fausto Guerrero estuvo solo nueve días y en su carta de renuncia, que se filtró, dijo que que su decisión se debe a “eventos extraños que incluso han afectado mi seguridad personal”.
Otro de los gerentes, Esteban Peñaherrera, renunció por amenazas e incluso ya había gerenciado este hospital durante el gobierno de Guillermo Lasso. En ese entonces, denunció en la Fiscalía la suplantación de firmas de funcionarios.
No es la única denuncia que hay en la Fiscalía sobre este hospital. La Comisión Nacional Anticorrupción, en junio del año pasado, destapó irregularidades en contratos de compra de insumos, equipos reactivos y dispositivos médicos de nueve hospitales, incluido el Carlos Andrade Marín.
La comisión detectó que algunos de los proveedores que fueron favorecidos con contratos no eran personas idóneas para proveer insumos médicos: tenían RUC para vender licor o confeccionar ropa y que las comisiones técnicas de los hospitales se encargaban de reducir el número de oferentes descalificándoles por cualquier causa para que solo queden concursantes de su conveniencia. (ECUAVISA)
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