Quito (Pichincha), 06 de mayo de 2025.- La muerte violenta de un niño de apenas 4 años no quedó impune. La Fiscalía General del Estado demostró que Santiago David A. V. es el autor del asesinato, ocurrido el 15 de junio de 2024.
La pena impuesta fue de treinta y cuatro años y ocho meses de privación de libertad, la máxima sanción contemplada en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) para el delito de asesinato agravado.
Durante la audiencia de juicio, la Fiscal de la Unidad de Personas y Garantías No. 3 relató los hechos: la mañana del crimen, la madre del pequeño lo dejó solo en la casa mientras se dirigía a su lugar de trabajo. Previamente, había acordado con Santiago David A. V. –su pareja sentimental en ese entonces– que lo cuidaría durante su ausencia.
El acusado acudió a la vivienda, pero poco después llamó a la madre para informarle que lo había encontrado sucio. Ella le pidió que lo limpiara. Minutos más tarde, recibió un mensaje en el que el procesado le decía que el pequeño “se le cayó”, que presentaba golpes en el rostro y que lo había acomodado en la cuna, pero que no reaccionaba. Ambos acordaron encontrarse en un punto intermedio para llevarlo a una casa de salud.
El infante llegó sin signos vitales al Hospital San Francisco. Aunque los intentos por reanimarlo se extendieron por más de 20 minutos, no respondió.
De acuerdo con el informe de autopsia médico-legal, la causa de muerte fue violenta, producto de politraumatismos provocados con un objeto contundente. La perita que examinó el cuerpo determinó que las lesiones fueron ocasionadas poco antes del deceso.
La Fiscal también presentó una pericia de exhumación que reveló lesiones en las partes íntimas del niño, lo que hizo presumir un posible episodio de abuso sexual. Además, se evidenció la presencia de proteína P30 (fluido biológico del procesado) en el pantalón que el pequeño vestía el día de su muerte.
Asimismo, una pericia de ADN identificó el perfil genético del niño en prendas de vestir del sentenciado.
Durante el juicio, la Fiscal del caso también demostró que la víctima era objeto de maltratos. Entre las pruebas presentadas constan las transcripciones de los mensajes de voz enviados por la madre del niño al procesado, en los que se evidencian insultos y gritos a su hijo.
Con base en este sólido conjunto probatorio, El Tribunal no dudó en imponer la pena máxima agravada contra Santiago David A. V.
Los jueces también ordenaron la apertura de una investigación por presunto delito de violación, que pudo haberse cometido contra el niño.
La madre –vinculada al proceso– se encuentra prófuga y con orden de captura vigente.
Además, el Tribunal de Garantías Penales ordenó la apertura de una causa por presunto homicidio culposo contra el padre del infante, por presuntas omisiones y negligencia en su cuidado.
Información jurídica
El acusado fue sentenciado con base en el artículo 140, numerales 2, 6 y 7 del COIP. Se aplicaron las circunstancias agravantes establecidas en el artículo 47, numerales 5, 9 y 11 de la misma norma. (FGE)
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