Álvaro Pasquín Mora, de 33 años, conocido como el ‘fugitivo de los tatuajes’, e incluido en el listado de los diez más buscados por la Policía Nacional, fue detenido este martes a las 9h en Colonia Jardín (Latina) tras cinco años oculto en un cobertizo de la parte trasera de una vivienda, sin salir de la finca ni relacionarse con nadie, ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid en un comunicado. “No pensaba que me ibais a encontrar”, les dijo tras ser encontrado.
Pasquín, que ya se encuentra en prisión, era buscado por un delito de abuso sexual cometido en 2017 en Madrid, el cual prescribía el día 31 del presente mes. La investigación se inició en 2020, cuando se emitió una reclamación judicial para la detención del hombre. La Policía lo describía así: 32 años, mide 1,70 metros, es de complexión delgada, moreno de pelo, piel blanca y ojos negros. Llama la atención la gran cantidad de tatuajes que tiene; en ambos costados, piernas y antebrazos, así como una frase en el pecho en la que se puede leer “la suerte está echada”.
Tras agotar las habituales vías para localizar a este prófugo, los agentes decidieron incluirlo en la campaña de los diez más buscados, que tiene como fin obtener información de los fugitivos por parte de los ciudadanos a través de su difusión en los medios y redes sociales de la Policía. Gracias a esta campaña se obtuvieron informaciones en el correo habilitado para ello (losmasbuscados@policia.es) que, junto con las tareas de la Sección de Localización de Fugitivos, hicieron que se diera con su paradero.
Cambió su aspecto y ganaba dinero online
Los agentes descubrieron que desde hace cinco años vivía escondido en un cobertizo de la parte trasera de una vivienda ubicada en el barrio madrileño de Colonia Jardín. Además, modificó su aspecto físico para dificultar su identificación, dejándose el pelo largo y tiñéndoselo de rubio y ha subsistido con las ganancias de negocios en red y pasado el tiempo viendo películas y jugando a videojuegos, según la Policía.
El inspector al frente de las pesquisas revela a EFE que, entre las pistas, llegaron varias relativas a unas cuentas bancarias relacionadas con negocios de compra venta de objetos que haría el fugitivo, algo que el detenido confirmó cuando fue detenido en el chamizo donde tenía instalado un ordenador.
Para alimentarse realizaba pedidos de comida a domicilio con una identidad falsa y no ha tenido relación con ningún familiar, como tampoco con los propietarios del domicilio al que pertenece el cobertizo, por lo que no hay más detenidos por ninguna posible colaboración.
Tras ser sorprendido por los agentes, el fugado les dijo que lo primero que quería hacer era llamar a su madre, con quien había roto toda comunicación desde hace cinco años para no ser descubierto. A manos de los agentes, también les llegó a reprochar con rabia que podían haber dado con él antes y no ahora cuando estaba a punto de que su responsabilidad judicial extinguiera.
Desde que se le impuso la requisitoria judicial en el año 2020, permaneció oculto en este lugar para no ser descubierto, esperando a que prescribiese dicha reclamación en una semana. Por este motivo, se intensificó la labor policial estableciendo un dispositivo este martes que culminó con su detención.
Fuente: 20minutos.es
Mas noticias
Policía Judicial libera a ciudadano secuestrado y aprehende a tres implicados en Guayaquil
Eficaz acción policial frena distribución de drogas en tres provincias
Ciudadana fue capturada por el delito de extorsión en Manabí