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Crisis en el correísmo: la carta que remitieron las autoridades locales de la RC, ¿carece de autocrítica?

La carta enviada por cinco autoridades locales al expresidente Rafael Correa: Marcela AguiñagaPaola PabónLeonardo OrlandoPabel Muñoz y Juan Cristóbal Lloret, se presenta como un llamado a la “renovación profunda” de la Revolución Ciudadana.

Ellos hablan de “desconexión con el país, de un liderazgo que ha perdido el rumbo”, de la necesidad de “recuperar el sentido común”. No mencionan, ni una sola vez, las razones de fondo por las que el movimiento, aunque conserva parte del electorado, ha perdido legitimidad y no ha podido erigirse en verdadera alternativa de poder: corrupción estructuralpactos con el crimen organizado, defensa de dictaduraspersecución a la prensa, una cultura política basada en la impunidad.

La carta está lejos de reconocer esos y otros errores. No rinde cuentas por el financiamiento turbio de las campañas, por delitos cometidos, por el dinero público gastado como chequera privada, por el grupo de delincuentes que se encuentran detenidos o prófugos, por la defensa que hubo de violadores.

El único objetivo de la carta es, al parecer, desplazar a Luisa González de la dirección, como si ella fuera el origen de todos los males. Ella no es una anomalía: es el resultado de un movimiento que premia la obediencia ciega castiga la disidencia.

Su defensa del régimen venezolano como ejemplo de democracia, su adhesión a teorías conspirativas como la de la de tinta transferible y su estilo de liderazgo son el reflejo de lo que manda e inspira Rafael Correa.

Los firmantes de la carta no son ajenos a ese sistema, han sido cómplices, beneficiarios y defensores del correísmo en sus aciertos y en sus peores momentos. Ellos están hablando de renovación, pero por ahora no hacen propuestas concretas para democratizar el movimiento, abrirlo a nuevas voces y someterlo a una auditoría que incluye valores democráticos y ética pública.

La renovación propuesta por ahora es cambiar un rostro, esa carta no propone desmontar la estructura de impunidadcorrupción autoritarismo que ha sostenido al correísmo durante casi dos décadas.

Mientras eso no ocurra, cualquier intento de renovación será solo una maniobra para prescindir de una figura, endosándole culpas erroressin cambiar nada de fondo. Y sin cuestionar al responsable supremo; erigido por los firmantes en líder intocable.

Pabel Muñoz y Paola Pabón insisten en la necesidad de una revisión a la interna en la Revolución Ciudadana

Tras la difusión de una carta dirigida al expresidente Rafael Correa, en la que el alcalde de Quito, Pabel Muñoz; la prefecta de Pichincha, Paola Pabón; la prefecta de Guayas, Marcela Aguiñaga; el prefecto de Azuay, Juan Cristóbal Lloret; y el prefecto de Manabí, Leonardo Orlando, expresan su preocupación por la crisis de la Revolución Ciudadana, Muñoz y Pabón reconocieron la legitimidad de la misiva y se pronunciaron.

Primero fue la prefecta de Pichincha, quien publicó en su cuenta de X, ayer, 28 de julio: “Ésta (la carta) habla por sí sola y expresa nuestra preocupación por la situación que atraviesa el movimiento”. Además, la autoridad lamentó que la misiva se haya hecho pública, además que apeló a que “con la voluntad de todos, superemos este momento”.

Hoy, fue el turno de Pabel Muñoz, quien considera que la carta muestra su reconocimiento como parte de la Revolución Ciudadana.

“Plantea la necesidad de un profundo debate democrático a la interna, para tomar una posición unificada y orientadora frente a la sociedad”, escribió el alcalde de Quito.

¿Qué dice la carta dirigida a Rafael Correa?

La carta tiene ocho párrafos marcados por el tono de familiaridad cariño hacia Correa y a su proyecto político, del que se declaran ser parte y haber ayudado a construir. No obstante, anotan que no pueden callar, que esa sería la posición más cómoda, pero no la más honesta, y previenen a Correa que lo van a incomodar.

Y lo hacen, critican el liderazgo del partido presidido por Luisa González. No la mencionan, pero ellos creen que el proyecto político enfrenta una crisis que se refleja en una profunda desconexión con el país, sumado a un liderazgo que, lamentablemente, parece haber perdido el rumbo, la escucha y la cohesión interna. (ECUAVISA)