En un país donde la justicia ha estado marcada por la corrupción y la manipulación política, la fiscal general Diana Salazar ha marcado un antes y un después.
Su labor incansable nos ha mostrado lo que muchos sospechaban pero nunca se había probado: la justicia en Ecuador ha estado al servicio de poderosos intereses económicos y políticos, entrelazados con la mafia y el crimen organizado.
Con valentía y determinación, Diana Salazar ha logrado exponer estos vínculos nefastos, marcando un hito histórico para la democracia y la sociedad ecuatoriana.
Aunque el camino para limpiar nuestra justicia es largo y sin duda quedan muchas batallas por librar, gracias a su trabajo, ahora conocemos algunas de las caras de los poderosos detrás de una cadena de corrupción que durante años ha erosionado nuestros cimientos sociales.
Hoy, gracias a la fiscal Salazar, el Ecuador podría comenzar a dar pasos firmes hacia una justicia verdadera, libre de influencias tóxicas.
Por: TERESA ARBOLEDA
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