Las fuertes lluvias en la Amazonía reactivaron el fenómeno natural que antes destruyó la infraestructura petrolera y ahora se acerca a la captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
La erosión regresiva del río Coca avanzó inusitadamente la última semana. El informe de monitoreo de la Corporación Eléctrica del Ecuador, CELEC, con fecha 23 de junio, revela que la erosión llegó a seis kilómetros 400 metros de la captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
Es decir, que en solo siete días avanzó 900 metros, es el registro más alto en dos años y por eso inquieta a las autoridades energéticas del país.
En un estudio del Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos, del 2023, se decía que la erosión regresiva podía llegar a las obras de captación de la hidroeléctrica entre dos y cinco años, dependiendo de la intensidad del invierno de cada temporada.
La erosión empezó en 2020, cuando desapareció la cascada San Rafael. En cuatro años ha recorrido nueve kilómetros dejando un socavón, que en el punto más bajo, supera los 150 metros.
A su paso, destruyó las tuberías del sistema de Oleoducto Transecuatoriano, SOTE y del Oleoducto de Crudos Pesados, OCP, la vía E45 que conecta Quito con Lago Agrio, 508 hectáreas de cultivos y bosque amazónico, según informes del Ministerio de Energía.
La erosión lateral tampoco se ha detenido. El desbordamiento de los afluentes de la Coca, los ríos Loco y Malo, incrementó la pendiente y la semana pasada afectó la tubería OCP que suspendió el bombeo de crudo.
En los alrededores de las instalaciones del campamento de la CELEC se presentaron deslizamientos. Sin embargo, la infraestructura no está en riesgo, según el último reporte. (ECUAVISA)
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