Ni organizando citas y eventos románticos, el régimen comunista chino de Xi Jinping logra que haya más matrimonios en el gigante asiático. Esa cifra no solo cayó en un 13 %, en el primer semestre de 2024 (marcando también un nuevo mínimo de nueve años), según datos del Ministerio de Asuntos Civiles, sino que hay una tendencia de la generación más joven a preferir mascotas que tener hijos.
La estimación es que para finales de esta década el número de mascotas en China será casi el doble del número de niños menores de cuatro años, según un informe de Goldman Sachs. Aunque son malas noticias para el Partido Comunista Chino (PCCh) debido a que la población está cada vez más envejecida, también es cierto que con el auge de los nuevos integrantes del hogar, la industria de alimentos para animales pasará de representar 51.000 millones de yuanes en el año 2023 hasta 63.000 millones de yuanes en 2030.Significa que para 2030 China tendrá “más de 70 millones de mascotas urbanas y menos de 40 millones de niños menores de cuatro años”. La estimación posiblemente alarme a los altos cargos en Pekín, preocupados por la baja natalidad y los pocos matrimonios. Todo este coctel podría terminar afectando su desarrollo económico al no contar con una fuerza laboral joven en el mediano plazo.
China se queda sin gente
El régimen chino está pagando las consecuencias de la política de natalidad de un solo hijo, la cual estuvo vigente desde 1979, cuando gobernaba Deng Xiaoping. Fue en 2015 cuando la norma quedó derogada, pero sin resultados positivos. Por el contrario, la ONU proyecta que la población en el gigante asiático caiga de 1400 millones de habitantes actuales a 639 millones para el año 2100.
Para predecir la evolución de la sociedad China, dominada por la presencia de mascotas y no por hijos, Goldman Sachs tomó como referencia a Japón donde hay 20 millones de perros. Eso es cuatro veces mayor que la población humana de cinco millones de menores de cuatro años. Otra referencia fue Estados Unidos por haber “más mascotas que niños de cualquier edad”.
Sin embargo, independiente del país que se haya tomado de ejemplo y que uno de esos sea al que China considera su mayor enemigo, las cifras seguramente sean alarmantes para Xi Jinping considerando que la población joven, además de no querer casarse, atraviesa una incertidumbre económica que los está sumergiendo en ansiedad y depresión.
Contra la carne de perro
Por otro lado, hay una ambigüedad en este futuro escenario. En el gigante asiático se celebra anualmente el festival de Yulin donde hasta 2015 se consumían unos 10000 perros en los 10 días del evento. En todo el país aún sigue siendo legal su venta como alimento, excepto en ciudades como Zhuhai y Shenzhen. Aún peor, es la estimación de la ONG Humane Society International, respecto a que unos 10 millones de perros son sacrificados cada año en China. Todo bajo la mirada consecuente del régimen.
¿Cómo coincide eso con la futura tendencia a tener mascotas en lugar de hijos? Una encuesta hecha en 2015 por la agencia Xinhua podría dar la respuesta: 64 % de las personas entre 16 y 50 años de edad apoyaron poner fin a la festividad de Yulin. Es decir, hay ciudadanos chinos que no están dispuestos a seguir apoyando la práctica y por el contrario, prefieren llevarlos a casa, actitud que va en paralelo a las malas decisiones demográficas del comunismo chino y que ahora podrían condenar su desarrollo.
Fuente: panampost.com
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