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Se ratifica pena máxima de 13 años por homicidio

Quito (Pichincha), 09 de octubre de 2024.- “Existieron muchas contradicciones que el acusado no pudo justificar durante el proceso penal”, dijeron los fiscales. Tanto el investigador del caso, durante el juicio, como el Fiscal que defendió la sentencia en la audiencia de apelación, resaltaron estas inconsistencias.

Fiscalía presentó, nuevamente, ante la Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, las pruebas que llevaron a la sentencia condenatoria en primera instancia. Estas evidencias revelaron las contracciones en el relato de Luis Antonio G. C., de 21 años, respecto a lo sucedido la tarde del 14 de agosto de 2022, cuando su pareja, Mayerling, de 25 años, recibió un disparo en la cabeza.

Después de escuchar las pruebas, los jueces ratificaron ‒de forma unánime‒ la sentencia contra Luis Antonio G. C., quien fue condenado a trece años de prisión por homicidio. Además, deberá pagar una reparación integral de 10.000 dólares a “quienes justifiquen ser herederos de la víctima”, precisa el fallo.

Las contradicciones

Testimonios de varios testigos y peritos expusieron múltiples versiones proporcionadas por el homicida, cuya sentencia fue ratificada por el Tribunal de Alzada:

Luis Antonio G. C. gritaba desesperado en la calle, pedía ayuda, porque su pareja se estaba muriendo. Al abordar un taxi, le dijo al conductor que su novia había caído de la terraza.

El taxista los llevó a una estación de Bomberos cercana, donde había servicio de urgencias. Allí, Luis Antonio le aseguró a la paramédico que habían sido víctimas de un asalto.

La paramédico notó un orificio en la cabeza de la mujer, de donde se escapaban fluidos biológicos. La trasladaron a un hospital en el sur de Quito, pero, debido a la gravedad de la herida, fue llevada a otra casa de salud, en el centro norte de la ciudad.

En ese lugar, al pedirle la identificación de la paciente, Luis Antonio G. C. prometió traerla, pero nunca regresó. Poco después, Mayerling falleció.

Ante la muerte violenta, se inició un procedimiento en flagrancia. Las autoridades acudieron al lugar de los hechos: una casa rentera de tres pisos ubicada en La Ferroviaria, pero no encontraron al ahora condenado.

Al día siguiente, gracias a la información proporcionada por fuentes reservadas, la Policía descubrió que el sospechoso estaba sacando sus pertenencias de la vivienda, aparentemente en un intento de mudarse. Cuando los agentes regresaron al lugar, encontraron a Luis Antonio G. C. y a otras personas con enseres en la puerta, listos para salir. Fue aprehendido en flagrancia.

Una vecina declaró que Luis Antonio G. C. la llamó para decirle que debían abandonar la casa, porque había estado manipulando un revolver, creyendo que no estaba cargado, pero el arma se disparó accidentalmente, hiriendo a Mayerling en la cabeza.

Durante la investigación, se efectuó un análisis de personalidad del acusado, cuyo informe fue incluido tanto en el juicio como en la apelación. A la perita psicóloga, Luis Antonio le dijo que mientras se bañaba en el tercer piso, escuchó un disparo y, al salir, vio a su “primo Oscaide” con un arma en la mano, huyendo de la habitación donde estaba su novia. Sin embargo, la investigación de Fiscalía concluyó que tal primo no existía.

Información jurídica

El homicidio está tipificado en el artículo 144 del Código Orgánico Penal (COIP), que establece una pena de diez a trece años de prisión para quien cause la muerte de otra persona. (FGE)

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