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Un estudio señala que los hábitos de consumo en las familias cambiaron debido a los apagones

Los apagones cambian los hábitos de consumo de las familias ecuatorianas: los lugares en los que compran; la frecuencia con que lo hacen; y el dinero que gastan.

Son las conclusiones de Kantar, empresa especialista en análisis de datos del consumidor. Hizo un estudio con 3 000 personas, en 24 ciudades, tomando como base las compras reales que hicieron.

El informe detalla que desde que se iniciaron los racionamientos, el 64 % de los hogares ha reducido el consumo de alimentos, bebidas y lácteos, en general los productos que requieren refrigeración.

  • 5 de cada 10 familias compra solo lo que necesita para que no se dañe.
  • 4 de cada 10 cocina en casa ajustándose al horario de los apagones
  • y solo 1 de cada 10 hogares no ha tenido cambios.

“Vemos que hay un efecto donde el hogar comienza a ir más veces a los puntos de venta, sobre todo a comprar categorías que necesitan refrigeración, con esto me refiero a proteínas, lácteos y también embutidos”, explica Miguel de la Torre, gerente de Kantar.

Menos compras en tiendas y más en supermercados

Las compras se realizan, en su mayoría, en supermercados, suman el 39 %. Han ganado terreno aquellos que tienen precios bajos permanentes y venden marcas propias.

Las tiendas pasaron de concentrar el 30 % de ventas, al 18 %. Los consumidores acuden a los lugares donde garantizan la refrigeración de los productos y mantienen cadenas de frío. Estos negocios ya fueron previamente afectados por la inseguridad.

“Los supermercados tienen de alguna forma credenciales porque manipulan los productos de otra forma. El tendero no tiene lastimosamente la fortaleza para comprarse un generador eléctrico. Y es genera en el consumidor que haya una desconfianza a cómo han manipulado el producto para comprarlo”, agrega de la Torre.

Compras priorizando el ahorro

El comportamiento del consumidor ahora está marcado por una mayor planificación y el incremento del ahorro.

Por ejemplo, ahora las familias priorizan comer en su casa y salen a centros comerciales cuando no tienen luz, pero el consumo es mínimo. Compras que no superan los cinco dólares, en promedio. (ECUAVISA)

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