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Trump restringe la entrada a EE. UU. a ciudadanos de siete países, incluidos Cuba y Venezuela

A través de la cuenta de X de la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó sobre la prohibición de ingreso de personas de varios países.

Con el video va el siguiente texto:

“No podemos permitir la migración abierta desde ningún país donde no podamos realizar una evaluación y un control seguros y confiables. Por eso, hoy firmo una nueva orden ejecutiva que impone restricciones de viaje a países como Yemen, Somalia, Haití, Libia y muchos otros”.

La prohibición restringirá completamente la entrada de nacionales de 12 países: Afganistán, Myanmar, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.

Personas de siete países tendrán restricciones parciales: Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.​​​​​

Cuba es un “patrocinador del terrorismo” y el gobierno castrista “no coopera ni comparte suficiente información” con Estados Unidos, además de negarse “históricamente a readmitir a sus nacionales” expulsados, se lee en el documento.

Venezuela “carece de una autoridad central competente o cooperativa para emitir pasaportes o documentos civiles y no cuenta con medidas adecuadas de revisión y verificación”, afirma el texto que también acusa al país de haber rechazado “históricamente” a los venezolanos expulsados.

Según Trump, la prohibición fue motivada por un ataque en Colorado contra manifestantes que pedían la liberación de los rehenes israelíes en Gaza. Las autoridades estadounidenses lo atribuyeron a un hombre que, según ellas, se encontraba en el país ilegalmente.

“El reciente ataque terrorista en Boulder, Colorado, ha subrayado los peligros extremos que representa la entrada de ciudadanos extranjeros que no están debidamente verificados”.

Dijo Trump en un mensaje en video desde el despacho oval publicado en la red social X.

“No los queremos”, afirmó.

Trump comparó las nuevas medidas con la prohibición que impuso a un número de países, principalmente musulmanes durante su primer mandato, la cual, según dijo, evitó que Estados Unidos sufriera ataques como los ocurridos en Europa. (ECUAVISA)

Cuatro preguntas para entender cómo las restricciones de viaje anunciadas por Trump afectan a ciudadanos de Venezuela y Cuba

También hay otros siete países, entre los que se encuentran Venezuela y Cuba, cuyos nacionales se enfrentarán a restricciones parciales de viaje, por lo que no podrán entrar en el país para estudiar, hacer negocios o turismo, por ejemplo.

El presidente estadounidense señaló que la lista podría revisarse si se introducen “mejoras materiales”, y que podrían añadirse países adicionales a medida que “surjan amenazas en todo el mundo”.

Esta es la segunda vez que Trump decreta una medida de este tipo, ya que en 2017, durante su primer mandato, firmó una orden similar.

Trump firmó una proclamación que prohíbe la entrada a Estados Unidos desde estos 12 países:

  • Afganistán
  • Myanmar
  • Chad
  • República del Congo (Congo-Brazzaville)
  • Guinea Ecuatorial
  • Eritrea
  • Haití
  • Irán
  • Libia
  • Somalia
  • Sudán
  • Yemen

Otros siete países adicionales se enfrentan a restricciones parciales de viaje:

  • Venezuela
  • Cuba
  • Burundi
  • Laos
  • Sierra Leona
  • Togo
  • Turkmenistán

Según el documento, Cuba es “un Estado patrocinador del terrorismo, que no coopera ni comparte suficiente información policial con Estados Unidos y se ha negado históricamente a aceptar el regreso de sus nacionales deportados”.

También se indica el porcentaje de beneficiarios de visados que exceden el tiempo de la estancia autorizada en EE.UU.

Es por ello que “se suspende la entrada a Estados Unidos de nacionales de Cuba como inmigrantes y como no inmigrantes con visas B-1, B 2, B-1/B-2, F, M y J”.

Estos visados son los que se otorgan por razones de negocios (B-1), turismo (B-2), por estos dos motivos combinados (B-1/B-2), para estudiantes que van a realizar estudios en instituciones educativas estadounidenses (F) o los que cursen estudios profesionales o no académicos (M) y el que se otorga a personas que participen en programas de intercambio de visitantes, como intercambios culturales o de investigación (J).

En cuanto a Venezuela, la proclamación indica que el país “carece de una autoridad central competente o cooperativa para la emisión de pasaportes o documentos civiles, y no cuenta con medidas adecuadas de selección e investigación (de solicitantes de visados)”, además de que “se ha negado históricamente a aceptar el regreso de sus nacionales sujetos a deportación”.

Es por eso que “se suspende la entrada a Estados Unidos de nacionales de Venezuela como inmigrantes y como no inmigrantes con visas B-1, B-2, B-1/B-2, F, M y J”.

La prohibición entra en vigor el lunes 9 de junio a las 04:01 GMT (00:01 EST), un margen que intenta evitar el caos que se desató en los aeropuertos de todo el país cuando una medida similar entró en vigor prácticamente sin previo aviso hace ocho años.

No se ha fijado una fecha final; la orden prevé revisiones periódicas.

Gráfico de los países con las nuevas restricciones.

1. Por qué se ha anunciado esta prohibición

La Casa Blanca afirmó que estas “restricciones de sentido común” servirán para “proteger a los estadounidenses de peligrosos actores extranjeros”.

En un video publicado en su red social Truth Social, Trump aseguró que el reciente ataque terrorista en Boulder, en el estado de Colorado, “subraya los peligros extremos” que plantean los extranjeros que no han sido “debidamente investigados”.

Doce personas resultaron heridas este domingo en Colorado cuando un hombre atacó a un grupo que se reunía en apoyo de los rehenes israelíes, a los que lanzó dos artefactos incendiarios y utilizó un lanzallamas improvisado.

El hombre acusado de llevar a cabo el ataque ha sido identificado como ciudadano egipcio, pero Egipto no está incluido en la lista de países prohibidos.

Trump mantiene estrechas relaciones con el presidente egipcio, Abdelfatah el Sisi, a quien el mandatario estadounidense ha descrito en el pasado como su “dictador favorito”.

Para la mayoría de los países incluidos en la lista, la Casa Blanca aduce una mezcla de índices de permanecia en el país cuando el visado ha expirado e inestabilidad política.

La única razón mencionada para las prohibiciones que afectan a Congo-Brazzaville, Chad, Guinea Ecuatorial, Burundi, Laos, Sierra Leona, Togo y Turkmenistán, por ejemplo, es el porcentaje de personas que superan el plazo de validez de su visado estadounidense.

Otras razones que se citan con frecuencia son no haber aceptado antes a “nacionales expulsados”, críticas a las autoridades que expiden los pasaportes en el país o la imposibilidad de acceder a los antecedentes penales de los inmigrantes.

Abdelfatahá el Sisi y Donald Trump.

En la proclamación también se citan motivos de seguridad. La Casa Blanca acusa a Irán y Cuba de ser estados “patrocinadores del terrorismo”, afirma que en Libia hay una “presencia terrorista histórica” y califica a Somalia de “refugio seguro de terroristas”.

En cuanto a Haití, la proclamación afirma que “cientos de miles de extranjeros haitianos ilegales inundaron Estados Unidos durante el gobierno de Biden”, lo que, en su opinión, “perjudica a las comunidades estadounidenses”.

2. Cuáles son las exenciones

Después del caos que generó la primera prohibición de 2017, la Casa Blanca ha dejado claro esta vez quiénes podrán seguir viajando a Estados Unidos.

Hay varias personas de los países afectados que aún podrán entrar al país gracias a las siguientes exenciones:

  • Los atletas que viajen con motivo de grandes acontecimientos deportivos, como la Copa del Mundo de 2026 o los Juegos Olímpicos de 2028.
  • Los titulares de “visados de inmigrante para minorías étnicas y religiosas perseguidas en Irán”.
  • Los ciudadanos afganos titulares de visados especiales de inmigrante.
  • Cualquier “residente permanente legal” de EE.UU.
  • Los ciudadanos con doble nacionalidad que tengan la ciudadanía de países no incluidos en la prohibición de viajar.

Además, el Secretario de Estado podrá conceder exenciones a particulares “caso por caso”, si “la persona sirve a un interés nacional de Estados Unidos”.

3. Cuál ha sido la reacción a la prohibición

La última orden de Trump, que se espera que se enfrente a desafíos legales, suscitó una rápida respuesta, dentro y fuera del país.

Somalia prometió colaborar con Estados Unidos para abordar cualquier problema de seguridad.

En un comunicado, el embajador somalí en Estados Unidos, Dahir Hassan Abdi, dijo que su país “valora su larga relación” con Estados Unidos.

El ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, advirtió de que “estar en Estados Unidos es un gran riesgo para cualquiera, no sólo para los venezolanos”.

Los demócratas se apresuraron a condenar la medida.

“Esta prohibición, ampliada con respecto a la prohibición musulmana de Trump en su primer mandato, solo nos aislará aún más en el escenario mundial”, afirma Pramila Jayapal, congresista demócrata por Washington, en un mensaje en redes sociales.

Otro demócrata, el congresista Don Beyer, afirmó que Trump “traicionó” los ideales de los fundadores de Estados Unidos.

Grupos de derechos humanos también han criticado la prohibición.

Amnistía Internacional EE.UU. la describió como “discriminatoria, racista y francamente cruel”, mientras que Human Rights First, con sede en EE.UU., la calificó de “otra medida antiinmigrante y punitiva más” del presidente.

Una manifestación contra Trump.

4. Qué ocurrió la última vez

Durante su primer mandato en la Casa Blanca, en 2017, Trump ordenó su primera prohibición de viajar.

Su primer intento se centró en siete países de mayoría musulmana. En ella figuraban algunos de los mismos países que en su última orden, como Irán, Libia y Somalia.

Inmediatamente fue impugnada en los tribunales de todo Estados Unidos. Sus oponentes argumentaron que la prohibición era inconstitucional e ilegal porque discriminaba a los viajeros por su religión, y la calificaron como “la prohibición musulmana”.

La Casa Blanca enmendó la prohibición de viajar dos veces para disipar el aire de discriminación religiosa, añadiendo finalmente dos países de mayoría no musulmana, Venezuela y Corea del Norte, lo que finalmente le valió la aprobación del Tribunal Supremo en 2018.

El presidente Joe Biden, que sucedió a Trump, derogó la prohibición en 2021, calificándola de “mancha en nuestra conciencia nacional”.

Esta vez, asegura Jake Kwon, correspondal de la BBC en Estados Unidos, “Trump ha aprendido la lección”.

Su administración restableció una versión de la orden similar a la que fue ratificada por el Tribunal Supremo. Esta versión no tiene como objetivo países musulmanes, sino que justifica la selección de países con otros argumentos, como la tasa de rebasamiento de visados o la inestabilidad política del país en cuestión. (BBC MUNDO)

“Hemos pasado de ser un país poderoso a ser la escoria”: la rabia y frustración de los venezolanos al ver restringida su entrada a EE. UU.

En la nueva normativa, que entrará en vigor a partir del 9 de junio, se restringe la entrada a ciudadanos de Cuba y Venezuela y se prohíbe la de una docena de otros países, sobre todo de África y Medio Oriente.

Esto cayó como una losa, otra más, sobre la comunidad venezolana, fuertemente señalada por Trump tras la llegada a Estados Unidos de miles de migrantes venezolanos por la crisis en su país.

Muchos creen que, a pesar de las exenciones, las autoridades migratorias pueden actuar “de modo discrecional” y “no dejar entrar a venezolanos” a EE.UU.

La medida ha generado enormes dudas y una mayor sensación de inseguridad sobre todo para los venezolanos que esperaban ir a Estados Unidos, la mayoría para reencontrarse con amigos y familiares, pero también a los que viven dentro.

“Esto nos estigmatiza más”

“Hemos pasado de ser un país poderoso a ser la escoria. No somos delincuentes. Qué golpe es esta medida. Es horrible. Nada me sorprende, pero cada día se cruza una nueva línea”, me dice un amigo venezolano que abandonó su país hace ocho años y que no quiere dar su nombre.

Una mujer sostiene un cartel que dice que migrar no es un delito.

“La medida me duele en el alma. El país me duele. Estoy destrozada”, me escribe otra amiga venezolana que vive en España.

ACNUR, la agencia de la ONU para los Refugiados, estima que unas 7,89 millones de personas emigraron de Venezuela durante la última década, el mayor éxodo en la historia de la región, fruto de una combinación de factores políticos, económicos y sociales.

Estados Unidos ha sido uno de los principales países receptores de esa migración.

El gobierno de Trump justifica su decisión en que Venezuela “carece de una autoridad central competente o cooperativa para la emisión de pasaportes o documentos civiles, y no cuenta con medidas adecuadas de selección e investigación (de solicitantes de visados)”, además de que “se ha negado históricamente a aceptar el regreso de sus nacionales sujetos a deportación”.

Son muchos los venezolanos que creen que la medida no afecta en nada al presidente venezolano Nicolás Maduro, con el que EE.UU. no mantiene relaciones, y sí a los ciudadanos.

“Que el gobierno de Estados Unidos prohíba el ingreso de venezolanos con visas legales no solo es injusto, es profundamente incoherente (…) muchos venezolanos han debido emigrar precisamente porque sus derechos y libertades fueron arrebatados por el régimen que este mismo gobierno dice combatir. Castigar a las víctimas mientras se condena a sus victimarios es una contradicción moral”, escribió la periodista venezolana Alejandra Oraá, residente en Estados Unidos, en su cuenta de X.

“Muchos de los afectados son jóvenes con becas, familias que visitan a sus seres queridos o personas que solo quieren estudiar, trabajar o conocer otro país. Es indignante que se utilice la narrativa de la seguridad nacional”, agregó.

“Atrapada y sin real”

Caque Armas vive en México hace años y tiene nacionalidad mexicana desde 2018. Al entrar en ese supuesto de doble nacionalidad puede ingresar a Estados Unidos, por ahora, sin problemas.

Pero esto le afecta tangencialmente, me dice.

“Mis padres, que viven en Venezuela, no podrán ir a visitar a mi hermana que vive en Miami”, me cuenta.

Varias personas sujetan carteles contra la eliminación del TPS.

Conseguir una visa para Estados Unidos viviendo en Venezuela no solo es una inversión económica grande, también de tiempo. Porque desde marzo de 2019 el país norteamericano anunció el cese temporal de sus operaciones en Caracas, así como el retiro de su personal diplomático. Por lo que para tener una visa los venezolanos debían desplazarse a un tercer país.

Es el caso de varios familiares de Armas.

“Tengo tres tíos que viven en Venezuela que este año hicieron el gasto y el malabar de ir a Uruguay a sacar sus visas para poder ir a Estados Unidos a visitar a sus familiares. Ahora se quedaron con una visa carísima e inútil estampada”, relata.

Más que el costo monetario, es el emocional el que todos a los que pregunto me dicen sentir más pesado.

Otra tía, me dice Caque, sí pudo sacar su visa y llegar a Miami de visita tras siete años sin ver a su hija y nietos. “Ya le toca regresarse con la sensación de no saber cuándo podrá volver a verlos”, añade.

Desde París, Nagui Correa, que tiene visa aprobada desde 2023, me dice cómo le afectó enterarse de la medida esta mañana al despertar: “Para mí ha sido horrible, he llorado muchísimo porque me costó muchísimo dinero y tiempo poder acceder a la visa para poder reencontrarme con mi familia y que ya no sirva de nada”.

Correa vio a su sobrina cuando tenía 8 años y pudo volver a verla con 17. A su sobrino no lo conoció hasta que tuvo 4 años.

“Mi plan era volver de visita este año, pero nunca quedarme. A quienes le afecta esta medida es a gente como nosotros. Tenemos más de 25 años pagando las consecuencias de una política exterior y una diplomacia pobre, indolente y cómplice”, me explica.

Ana (nombre ficticio) estaba a las puertas de viajar a Estados Unidos desde Venezuela para reencontrarse con un grupo de amigos. Pensaba viajar la semana que viene.

“Estoy atrapada en mi propio país y sin real”, contó en el chat grupal.

Una bandera venezolana gigante en una manifestación.

El resto del grupo decidió no reunirse. “Teníamos mucha ilusión por esta reunión. Pero ahora no nos juntaremos. Nadie tiene alma para hacer este reencuentro”, me explica por nota de voz, desde Estados Unidos, Ciro, uno de los integrantes.

Otra de las sensaciones que se repite es la de que, con esta medida, “pagan justos por pecadores” y el sentimiento de que no importa quién seas, qué hayas hecho, qué visa tengas, porque nadie está salvo.

“Mi perfil está muy lejos de ser alguien que va a ir a dañar su país”, dice Correa, para a continuación detallar su extenso currículo: ingeniera de producción de la Universidad Simón Bolívar, trabaja en desarrollo de software desde hace años, acaba de terminar una diplomatura en lengua francesa en París y está en gestiones para hacer un Master en Big Data en España.

“Nadie puede pensar que está a salvo porque es diferente. En algún momento te va a caer el golpe”, dice Ciro, que tiene pasaporte estadounidense pero, remarca, “ahí pone que nací en Caracas, Venezuela. Y los que estamos así, entramos y salimos del país con temor”.

Desde dentro de Estados Unidos hay quienes me dicen que se plantean no salir por si no les dejan volver a entrar, a pesar de tener visas en orden. Otros me cuentan que lo peor es que familiares y amigos ya nos los podrán ver. Al menos no en suelo estadounidense.

Caque lo resume: “Duele pensar en la cantidad de familias y vidas que esta medida está jodiendo”. (BBC MUNDO)