De un puesto de perritos calientes a fundar el ejército privado más poderoso de Rusia, el Grupo Wagner.
En dos décadas, el oligarca Yevgeny Prigozhin se ha convertido en uno de los hombres más poderosos de Rusia y era hasta hace poco una de las figuras más cercanas al presidente Vladimir Putin.
Durante meses el nombre de Prigozhin ha estado asociado al papel cada vez más central que su grupo de mercenarios tiene en la guerra de Ucrania.
Sin embargo, tras un agrio cruce de acusaciones, el Grupo Wagner y la cúpula del Ministerio de Defensa ruso han roto relaciones y el Kremlin los acusó de “rebelión” por los sucesos de este fin de semana.
Prigozhin acusó el viernes al ministerio de bombardear sus campamentos en la retaguardia, algo que Moscú niega.
Combatientes de Wagner cruzaron hacia el interior de Rusia desde territorio ucraniano tomado por los rusos y avanzaron hacia la capital, de la que llegaron a estar a 200 km de distancia.
Horas después, Prigozhin anunció la retirada de sus hombres y la operación “marcha de la justicia” quedó desmantelada.
Por su parte, el Kremlin dijo que las autoridades rusas retiraban sus cargos contra el líder de los mercenarios.
Sin embargo, dos días después Putin volvió a decir que llevaría ante la justicia a los jefes de la insurrección.
Por su parte, Prigozhin aseguró que no trató de dar un golpe de Estado sino de evitar que el grupo Wagner fuera destruido por el Ministerio de Defensa ruso.
¿Quién es el hombre que puso en jaque al Kremlin durante 24 horas?
El empresario ruso, conocido como “el chef de Putin”, comenzó vendiendo salchichas, pero muy pronto logró amasar una gran fortuna, que le permitió pasar del mundo del cátering a la política, los medios de comunicación y de ahí al negocio de la guerra.
Estados Unidos y otros gobiernos le acusan también de dirigir una “fábrica de trolls” en internet, con la que ha intentado influir en las elecciones de diferentes países.
Se calcula que el Grupo Wagner, que ha perseguido los intereses de Rusia en países como Libia, Siria o República Centroafricana, cuenta con más de 20.000 mercenarios solo en la guerra de Ucrania, un 10% de todas las tropas rusas en el frente.
Durante años, Prigozhin negó sus vínculos con el grupo e incluso su mera existencia pero, a medida que el papel de este ejército privado se ha ido haciendo más relevante en el conflicto ucraniano, el poderoso empresario ha dejado de esconderse.
El pasado mes de septiembre, de hecho, Prigozhin apareció en un vídeo dirigiéndose a un grupo de presos en una cárcel rusa, instándoles a unirse a luchar con Wagner a cambio de que sus penas fueran condonadas.
Vestido con ropa militar, se le ha visto en diferentes videos reclamando el crédito en victorias de las tropas rusas sobre las ucranianas, como en la batalla de Bajmut o en la ciudad de Soledar.
No es la primera vez que Prigozhin cuestiona el papel de los mandos militares rusos en la guerra de Ucrania, una osadía que demuestra el poder que ostenta.
En los últimos meses, sus críticas han sido constantes y cada vez más abiertas, hasta el punto de que las tensiones entre el Grupo Wagner y el Ministerio de Defensa ruso se han convertido en un gran desafío al propio Putin.
Pero ¿cómo surgió la cercanía de Prigozhin con Putin?
Sus orígenes
Yevgeny Prigozhin, de 62 años, se integró en el círculo de élite del mandatario en 2001, cuando Putin comenzó a cenar en su lujoso restaurante flotante en San Petersburgo, llamado New Island.
Aunque no formaba parte del grupo original de aliados de Putin que crearon un club de casas de campo llamado Ozero, Prigozhin saltó a la fama en San Petersburgo, la ciudad natal del presidente, y llegó al mandatario gracias a los sabores de su cocina.
En su juventud fue encarcelado durante nueve años por robo y fraude.
El capitalismo de “terapia de choque” de Rusia en la década de 1990 creó muchas oportunidades de negocios para los exconvictos y, al salir de la cárcel, hizo fortuna.
Prigozhin montó un puesto de perritos calientes y luego un comercio de alimentación. De ahí dio el salto a los restaurantes, montando una cadena de establecimientos y la empresa que aún dirige, Concorde Catering, en 1996.
Uno de estos locales es el New Island, que se convirtió en el más lujoso de San Petersburgo y en el favorito de Putin, al que llevaba a mandatarios internacionales y en el que Prigozhin siempre se aseguraba de no estar lejos de la mesa del poderoso presidente ruso.
A lo largo de la siguiente década, la empresa firmó lucrativos contratos con las autoridades rusas para proveer el cárering de las escuelas de San Petersburgo y Moscú y, más tarde, para alimentar a gran parte del ejército ruso.
Durante todos esos años, y a pesar de ser una persona muy cercana a Putin, Prigozhin había mantenido un perfil bajo, y su fortuna, como la de la mayoría de los oligarcas rusos, ha sido tema de controversias y secretos.
Los documentos asociados a las sanciones que le impuso Estados Unidos por su supuesta intromisión en las elecciones de 2016, indican que tiene tres aviones privados y un yate de lujo, supuestamente utilizado por él, su familia y sus asociados, registrados en paraísos fiscales como Islas Caimán y las Seychelles.
El oligarca dirige también un grupo de medios de comunicación pro-Kremlin llamado Patriot, que se formó con el objetivo de “contrarrestar” a los medios “anti-Rusia” que “no se dan cuenta de las cosas buenas que están sucediendo en el país”. Desde el inicio de la guerra de Ucrania, sin embargo, apenas quedan medios críticos en Rusia.
El portal reúne cuatro sitios web de noticias con sede en San Petersburgo: la agencia de noticias RIA FAN, Narodnye Novosti, Ekonomika Segodnya y Politika Segodnya.
Se estima que su audiencia combinada es mayor que la de la agencia estatal de noticias Tass o la televisora RT.
Escándalos
A nivel internacional, sin embargo, su nombre empezó a darse a conocer a raíz de que las autoridades estadounidenses lo acusaran de intentar influir en las elecciones de 2016 a través de su Agencia de Investigación de Internet (IRA), con sede en San Petersburgo.
Tanto Washington como la Unión Europea y Reino Unido acusan a Prigozhin de lanzar campañas de desinformación para manipular la opinión pública en distintos países con esta empresa, que describen como una “fábrica de bots”. Prigozhin y familia son, por este motivo, objeto de sanciones interancionales, y el empresario se encuentra en la lista de los más buscados del FBI.
El Departamento de Estado de EE.UU. incluso ofreció una recompensa de US$10 millones por información sobre la participación de Prigozhin, la IRA y otras entidades en esos intentos de influir en los votantes estadounidenses en 2016.
Lejos de negarlo, Prigozhin reconoció el pasado noviembre que interfirió en las elecciones estadounidenses y que continuará haciéndolo en el futuro, “con cuidado, precisión, cirugía y a nuestra manera, como sabemos hacer”.
Pero las campañas de influencia a las que asocian a Prigozhin no terminan en suelo de EE.UU.
Una investigación realizada por Facebook y especialistas de la Universidad de Stanford (EE.UU.) lo vinculan a ciertas operaciones de manipulación de la opinión publica en las redes sociales en África, en países como Madagascar, República Centroafricana, Mozambique, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Camerún, Libia y Sudán.
De hecho, una investigación de la BBC descubrió que el grupo ruso ofreció dinero a al menos seis candidatos en las elecciones presidenciales de Madagascar de 2018.
Prigozhin desestimó las acusaciones de Facebook.
Otra investigación financiada por el gobierno británico desveló cómo el Kremlin estaba utilizando estas “fábricas de trolls” para diseminar desinformación a gran escala y “manipular a la opinión pública sobre la guerra ilegítima en Ucrania”, intentando recabar apoyos para el conflicto y para Putin.
“La operación tiene vínculos sospechosos con Yevgeny Prigozhin, el fundador de la granja de bots más infame y de mayor alcance, la Agencia de Investigación de Internet, ambos sancionados por Reino Unido”, aseguró el gobierno británico en un comunicado.
Las operaciones del Kremlin y de Prigozhin en África no se limitan, sin embargo, a las redes sociales.
El Grupo Wagner está presente en distintos países africanos como Libia, donde apoyan a las fuerzas leales al general Jalifa Haftar, o Mali, donde sus mercenarios luchan contra las milicias islamistas.
También han sido utilizados en la República Centroafricana (RCA) y en Sudán, donde Rusia ha conseguido concesiones mineras de oro y diamantes.
En 2018, tres periodistas rusos fueron asesinados a tiros en una emboscada cuando intentaban investigar un presunto vínculo entre las minas y el grupo de mercenarios.
Una investigación de la cadena CNN descubrió un contrato minero del gobierno de la RCA con Lobaye Invest, una empresa rusa dirigida por Yevgeny Khodotov, otro empresario de San Petersburgo vinculado a la red de Prigozhin.
En Siria
Aunque quizás su papel más destacado, antes de la guerra de Ucrania, ha sido el que el Grupo Wagner ha desempeñado en Siria, donde sus hombres han luchado junto a las tropas de Bashar al Assad y se han encargado de la protección de los pozos de petróleo desde 2015.
La primera vez que se vio al grupo en Ucrania fue en 2014, cuando participó en la anexión de Crimea.
Entonces, las calles de la península se llenaron de hombres en uniforme, pero sin insignias o banderas, que fueron conocidos como los “hombrecitos verdes”.
Se cree que entre ellos se encontraban los mercenarios de Prigozhin, aseguró a la BBC la profesora de Conflicto y Seguridad del King’s College de Londres, Tracey German.
Después de eso, un millar de soldados de Wagner apoyaron a las fuerzas separatistas en el Dombás en su lucha contra el ejército ucraniano, y se cree que son ellos también los responsables de los ataques de “bandera falsa” en los meses previos a la invasión de Ucrania, que Rusia usó como pretexto para iniciar la guerra.
Con el paso de los meses, el papel del Grupo Wagner ha ido ganando peso en la guerra, así como el número de sus tropas.
Según la inteligencia británica, el grupo que lidera Prigozhin empezó a reclutar a gran escala después de que el Kremlin no lograra movilizar a suficientes hombres para el ejército regular.
Miles de ellos proceden de las cárceles rusas, y esto puede hacerlo “por su cercanía a Putin”, asegura Andrei Zakharov, del Servicio Ruso de la BBC.
Pero ahora esa cercanía quedó hecha añicos.
Fuente: BBC News Mundo
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