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Los USD 4 000 millones del FMI, le obligan a Daniel Noboa a ajustar su estrategia política

Todavía no se concreta el crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) pero, con la sola noticia de que ya hay un acuerdo a nivel técnico, los detractores del presidente Daniel Noboa no tardaron en cuestionar el préstamo.

Según el Ministerio de Finanzas, se trata de USD 4 000 millones que llegan a aliviar la situación fiscal del país; sin embargo, algunas organizaciones sociales y políticas lo ven como un cheque en blanco para que el organismo multilateral intervenga en Ecuador.

El Mandatario tiene por delante el reto de cumplir las metas que establezca el FMI y balancearlas de manera adecuada para que eso no le afecte políticamente, a puertas de las elecciones generales de 2025.

FMI pondrá condiciones a Ecuador

Cuando se analizaba la posibilidad de que Ecuador logre un nuevo acuerdo con el FMI, los expertos tenían bajas expectativas por la situación política que atraviesa el país, tomando en cuenta que el gobierno actual estará en funciones hasta mayo de 2025, es decir, un año más, a partir de que entre en vigencia el crédito. Luego, no hay garantía de que el siguiente Presidente respete la negociación que se prolongará por los tres años siguientes.

Aun bajo ese panorama, se consiguió un alto monto a un largo plazo. Francisco Rivadeneira, exrepresentante de Ecuador ante el FMI, en entrevista para Ecuavisa.com, explica que el alza del Impuesto al Valor Agregado (IVA) al 15 %, iniciativa del Gobierno del presidente Noboa, fue una buena señal para el organismo, porque muestra que el Estado tiene un financiamiento constante y seguro.

El acuerdo es de tipo Servicio Ampliado del FMI (SAF), que se entrega a países que tienen problemas de balanza de pagos y que exigen reformas económicas fundamentales. Eso significa que parte de las condiciones que establezca el organismo para las transferencias monetarias podría incluir reformas legales o medidas drásticas.

El mecanismo consiste en que el organismo multilateral plantea un calendario para entregar ciertos montos y solo se otorgan cuando el país ya haya cumplido con sus tareas.

Según el Ministerio de Finanzas, se conocerán estas condiciones cuando el acuerdo técnico, que se logró este 25 de abril, se eleve al Directorio Ejecutivo del FMI.

Sin embargo, se puede anticipar los parámetros de las condiciones con base en acuerdos anteriores. Por ejemplo, en 2021, el gobierno del expresidente Lenín Moreno, logró aprobar la Ley Orgánica para la Defensa de la Dolarización, que buscaba la independencia del Banco Central. La tarea no fue fácil porque tenía en contra a la bancada de la Revolución Ciudadana, sin embargo, era uno de los compromisos adquiridos con el FMI.

Ahora, la situación es similar, con la diferencia de que Noboa se ha distanciado de todas las bancadas: el correísmo, Partido Social Cristiano y Construye. Estos dos últimos bloques, por su línea ideológica, podrían apoyar una reforma legal que venga del FMI, pero dependerá de la propuesta.

Rivadeneira cree que en las condiciones del FMI se podría establecer una revisión a los subsidios que existen en el país, tomando en cuenta que la sugerencia que habitualmente plantea el multilateral es que se mantengan para quienes lo necesiten, pero se elimine para quienes puedan pagarlo.

Ahí el reto es aún mayor si se habla en particular de los subsidios a los combustibles, la piedra angular de las manifestaciones sociales que paralizaron al país en octubre de 2019 y en junio de 2022.

De hecho, la organización que lideró los paros, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) ya se pronunció rechazando el acuerdo y catalogándolo como “un castigo que aumenta nuestra deuda y exige más sacrificios, sin aportar beneficios claros”, además, considera que el acuerdo se paga con recursos naturales.

La Conaie también se ha mostrado en oposición del gobierno de Noboa. Un ejemplo es la participación activa por el No en la consulta popular de 2024. Además, el presidente de la organización social, Leonidas Iza es precandidato presidencial para 2025, eso significa que buscará ganar protagonismo los próximos meses.

El exministro de Finanzas, Mauricio Pozo, desde su experiencia, conoce que el ambiente político en Ecuador siempre es incierto. Ahí se medirá la capacidad del Mandatario para aplicar las reformas que resulten antipopulares.

Pozo y Rivadeneira coinciden en que seguramente el FMI sugerirá aportes en la lucha contra la corrupción y a favor de a transparencia.

Los desembolsos del FMI llegarán para el siguiente gobierno

Noboa debe desgastarse políticamente tomando medidas que pueden resultar antipopulares y si bien ahora recibirá parte de los recursos, la mayoría se entregarán a la próxima administración.

Es decir, el Presidente todavía no tiene los recursos necesarios para solventar el déficit fiscal. Sin embargo, cuando lleguen los primeros desembolsos, su prioridad, además del pago de cuentas pendientes, será dar los recursos para la consulta popular.

Para el exministro Pozo es positivo que el FMI entregue el crédito porque, a futuro, da la confianza a los demás multilaterales y a los inversores.

Una parte del préstamo del FMI de USD 4 mil millones a Ecuador irá al mismo organismo para pagar deudas pasadas

Para la primera quincena de mayo el gobierno espera el primer desembolso del acuerdo al que llegó con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por USD 4 mil millones.

Pese a que todavía el directorio del organismo no ha aprobado el cronograma de entrega del crédito, se estima que habrá tres envíos por año, y que el monto más significativo llegará durante el 2024. Así el Ministerio de Finanzas espera recibir hasta noviembre al menos:

  • USD 1 839 millones hasta noviembre de 2024
  • USD 792 millones en el 2025
  • USD 732 millones en el 2026 y,
  • USD 594 millones en el 2027.

Los montos exactos solo se conocerán cuando se firme el acuerdo. Estos recursos, en buena parte, se destinarán al mismo FMI, entidad con el que el país tiene una deuda de USD 4 444 millones por vencimientos o amortizaciones.

Es decir, lo que se ha hecho es cambiar una deuda por vencer por otra nueva con mayores plazos, para disminuir el riesgo de caer en default y dejarle un mayor espacio fiscal al Estado.

En 2024, Ecuador debe pagarle al FMI solo una parte del capital de la deuda, que son 842 millones. Con el nuevo acuerdo, esta cifra se reduciría a menos de la mitad: USD 403 millones.

Para el 2025, lo previsto eran USD 1 189 millones de capital. Para el 2026, USD 1.169 millones también de capital, y para 2027, cerca de USD 1 244 millones de capital y parte de los intereses. Esto es parte de lo que se logró renegociar.

La idea es que queden entre USD 1 000 millones y USD 2 000 millones del crédito para libre disponibilidad, lo que quiere decir que el gobierno de Daniel Noboa podrá decidir en qué se gastarán.

Por ahora, solo el ministro de Energía y Minas encargado, Roberto Luque, se ha pronunciado. Señaló que la inyección de los multilaterales podría ayudar a financiar las contrataciones para superar la crisis eléctrica.

Pese a esto, el Estado tiene una abultada cuenta de atrasos. Hasta que el dinero del FMI llegue cuenta únicamente con un crédito de USD 800 millones que le entregará el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, conocido como CAF. (ECUAVISA)

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