EL ORO.- La ciudadela Las Brisas, ubicada al este de Machala, se encuentra sumida en el temor tras el violento asesinato de un agente policial y una mujer que lo acompañaba, ocurrido la noche del pasado domingo 15 de septiembre. Residentes y comerciantes piden mayor presencia policial
Este hecho generó preocupación tanto en los residentes como en los comerciantes del sector, quienes temen que se desencadenen nuevos ataques o que el auge delictivo continúe creciendo.
Las Brisas, conocida por ser una zona residencial tranquila y comercial que incluye restaurantes, heladerías y otros pequeños negocios de comida, el crimen dejó preocupados a las personas del sector.
El asesinato llevó una situación de inseguridad que ya venía preocupando a sus habitantes, quienes, en un recorrido realizado por este Diario, manifestaron sentirse cada vez más intranquilos ante esta situación.
El panorama en la ciudadela, en donde también hay dos instituciones educativas, se volvió tenso. Muchos de los dueños de negocios prefieren guardar silencio y no realizar demandas a las autoridades por temor a represalias.
Uno de los problemas que más inquieta a la ciudadanía es la presencia de grupos de personas que llegan en vehículos, estacionan y consumen bebidas alcohólicas mientras utilizan parlantes con música a alto volumen, en ocasiones hasta la madrugada.
Estas actividades, además de generar disturbios, provoca el uso indebido de los espacios públicos, como las paredes de las escuelas, que son frecuentemente utilizadas como baños improvisados. Durante el recorrido de este Diario, el fuerte olor a orina en la zona era evidente, confirmando las denuncias de los residentes.
Pese a la presencia policial ocasional, los vecinos afirman que no es suficiente. “Viene la Policía, está un momento y desaparece toda la gente, pero apenas se van, vuelven”, comentó una residente que prefirió no identificarse.
Al igual que otros vecinos, ella pide una mayor presencia policial, con resguardo permanente las 24 horas del día.
Comerciantes
preocupados
El movimiento de la zona comercial en el sector de Las Brisas inicia a partir de las 17:00, son pocos los locales que se mantienen abiertos durante el día.
Víctor Sánchez, dueño de un comedor de mariscos cercano al lugar donde ocurrió el doble crimen, compartió su preocupación. “Hace unos cinco años esto no era así, y ahora se ha vuelto muy peligroso”, afirmó.
Sánchez ha sido testigo de cómo grupos de personas se congregan a beber y a poner música a todo volumen, interrumpiendo la tranquilidad del sector y afectando el descanso de los residentes.
Para Sánchez, los patrullajes son insuficientes. Aunque la Policía retira a las personas que generan disturbios, estas vuelven poco después. “No les decimos que no vengan, porque necesitamos de ellos para nuestros negocios, pero pedimos respeto y que no abusen de los espacios públicos”, señaló.
Además, hizo un llamado a las autoridades para establecer un horario regular de patrullaje y aumentar la presencia de efectivos en la zona.
Residentes piden
más seguridad
El asesinato dejó a muchos residentes, como una madre de familia de una de las instituciones educativas, sumidos en el temor. “Aquí no mató tanto el COVID como están matando los sicarios ahora”, comentó la mujer, preocupada.
Aunque el hecho violento no ocurrió durante el día, considera que este tipo de crímenes convierte a la ciudadela en un lugar peligroso y pone en alerta a todos los habitantes ante la posibilidad de más violencia.
Josefina Lara, otra residente del sector, expresó su descontento con la falta de seguridad y afirmó que, con el incremento del IVA, deberían traducirse en mejoras en la vigilancia.
“No estamos en contra del gobierno, pero si subieron los impuestos, queremos que ese dinero se destine a seguridad. No vemos militares en las calles, no podemos salir de nuestras casas”, declaró Lara.
Acciones de
las autoridades
Por su parte, Borys Carrión, intendente de Policía, aseguró que los operativos en el sector de Las Brisas son constantes y que se realizan en colaboración con la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, reconoció que el aumento de la actividad comercial en la ciudadela ha atraído a muchas personas que no necesariamente consumen en los negocios, sino que se estacionan en la vía pública para beber y generar disturbios.
Carrión también mencionó que algunos establecimientos en zonas cercanas, como la vía Ferroviaria, han sido clausurados temporalmente por fomentar el consumo de alcohol en sus alrededores.
A pesar de ello, la falta de colaboración de algunos propietarios complica las tareas de control. “Hemos clausurado licorerías que permiten el consumo de alcohol en lugares públicos, pero estas sanciones, que incluyen 15 días de cierre y una multa de un salario básico, no parecen ser suficientes para disuadir a los infractores”, indicó.
El intendente enfatizó la importancia de la colaboración ciudadana para resolver el problema. Aunque las autoridades están implementando medidas como operativos con personal policial y militar, y la clausura de locales infractores, también es necesario que los vecinos y comerciantes reporten cualquier actividad irregular para facilitar las intervenciones.
Además, señaló que los operativos se hacen de manera regular con la participación de 5 policías, 5 militares, Movilidad Machala y comisarios municipales. “Se hace un trabajo constante pero también requerimos de la colaboración de la ciudadanía”, precisó. (IVETTE CORONEL – DIARIO CORREO)
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