Las últimas escenas captadas por una cámara de seguridad en el Distrito de Nueva Prosperina, al noroeste de Guayaquil, se observa a tres individuos aparentemente jóvenes utilizando una caña para derribar el aparato, que finalmente se estrella contra el cemento. Este tipo de casos se ha repetido 23 veces en las últimas semanas en distintos sectores como: Socio Vivienda y Florida. Según datos de Segura EP, durante este año se han registrado 137 casos de vandalismo contra cámaras de seguridad.
De acuerdo a Roberto Santa María, jefe policial de Nueva Prosperina, esta actividad generalmente es realizada por menores de edad, las bandas les pagan, dice, USD 20 por derribarlas.
La situación se ha agravado debido a actos violentos contra los técnicos, lo que ha requerido que sean escoltados por la Policía para realizar su trabajo. La reparación e instalación de las cámaras vandalizadas suele tomar entre dos días y una semana.
La participación de menores de edad en delitos se ha convertido en un patrón en Ecuador. Los Grupos Delictivos Organizados (GDOs) están reclutando cada vez más adolescentes, lo cual es una problemática compleja con múltiples causas. Este fenómeno se ha extendido especialmente en la comisión de delitos graves como sicariatos y extorsiones, pero también en actividades logísticas como la eliminación de cámaras de seguridad. Aquí los detalles.
Reclutamiento de menores se extiende
El policía Santa María ha revelado que las bandas en Guayaquil reclutan menores para vandalizar las cámaras de seguridad con el objetivo de evitar ser identificados en actividades delictivas, ya que las grabaciones constituyen pruebas ante la justicia.
De hecho, durante el operativo RESURGIR, las autoridades expusieron a un menor que fue capturado mientras vandalizaba las cámaras.
Sin embargo, desde hace más de dos años en Ecuador se ha constatado el reclutamiento de jóvenes para ser utilizados como mano de obra para perpetrar actividades ilegales.
Un estudio llamado Doble criminalización en cantones de alta peligrosidad en Ecuador de la experta en seguridad, Katherine Herrera, realizado en las provincias de Guayas, Los Ríos, Manabí y Esmeraldas, apuntan a una crisis estructural e institucional que refuerza los factores de riesgo.
La experta explica que los Grupos Delictivos Organizados (GDO) se aprovechan de la pobreza y las carencias sociales en territorios vulnerables que son estratégicos para reclutar a jóvenes y para cometer actividades ilícitas.
Una vez que los jóvenes se unen a los GDO, explica, experimentan una ruptura con su núcleo familiar y comunitario. Son entrenados en el manejo de armas y tácticas de violencia, y “se les inculca que su principal enemigo es el Estado, así como los policías y militares”.
Santa María destacó las múltiples acciones emprendidas para garantizar la seguridad de las personas responsables de instalar y mantener las cámaras.
Sin embargo, la situación sigue siendo peligrosa para los agentes de policía. El miércoles, a las 11:00 horas, delincuentes dispararon contra los policías que custodiaban la actividad en el cruce, obligando la evacuación de los técnicos. Durante el incidente, una persona resultó herida no por disparo, sino al saltar desde un poste al oír las detonaciones. Fue trasladada al hospital de Los Ceibos y se encuentra fuera de peligro.
Según sus declaraciones, existe una notable disminución de 242 muertes violentas y 436 delitos en la Zona 8 que comprende Guayaquil, Samborondón y Durán. (ECUAVISA)
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