En un lapso de 12 días, fueron asesinados los policías Mauro René Rogel Castillo y Antonio Vinicio Chuya Cabrera, situación que tiene en alerta a la institución.
EN HUAQUILLAS
Mauro Rogel, de 33 años, un agente de la Policía Nacional que estaba de vacaciones, fue asesinado la madrugada del martes 23 de julio en Huaquillas. El crimen ocurrió alrededor de las 04:00 en la intersección de las calles Velasco Ibarra, entre Bolívar y Azuay.
De acuerdo con un informe preliminar, Rogel había asistido a una reunión social la noche anterior. Se presume que, al regresar a su hogar en una motocicleta, fue interceptado por sujetos armados que le dispararon.
Los residentes del área escucharon los disparos y, al salir, encontraron su cuerpo en el suelo. De inmediato, alertaron al ECU – 911.
Cuando los agentes llegaron al lugar, confirmaron que Rogel no tenía signos vitales. También se constató que los atacantes le habían robado su billetera, la cual contenía sus documentos personales.
EN MACHALA
El cabo segundo Antonio Chuya, de 37 años, murió heroicamente al usar su cuerpo como escudo para proteger a una amiga y una vecina durante un ataque armado, cuya motivación sigue siendo desconocida.
Según testigos, Chuya conversaba con ambas mujeres afuera de una vivienda en la calle Guayacanes y Séptima Este de Machala, cerca de su hogar, cuando ocurrió el ataque la noche del sábado 3 de agosto, alrededor de las 22:00.
Chuya, quien era conocido cariñosamente como “Chicho”, había prestado servicio durante mucho tiempo en Guayaquil y recientemente había sido trasladado al cantón Pasaje.
Mientras conversaban, una motocicleta con dos personas pasó cerca de ellos. Poco después, la motocicleta regresó y el pasajero sacó un arma y comenzó a disparar. Chuya reaccionó de inmediato, protegiendo a las dos mujeres con su cuerpo. Las balas lo alcanzaron en la espalda y en la cabeza, causando su muerte instantánea.
ASESINATOS
Los asesinatos de Rogel y Chuya no tendrían relación; sin embargo, esto ha causado alarma entre la institución policial, pues los dos agentes fueron asesinados en similares circunstancias.
Las investigaciones para determinar las motivaciones de estos crímenes siguen adelante y no han querido emitir pronunciamientos para no perjudicar el procedimiento.
En el caso de Chuya se presume que participó de un operativo en el que un grupo delictivo fue desarticulado en Pasaje y el ataque serían por represalias. (DIARIO CORREO)
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