QUITO.- Mayra Salazar también era una ‘emprendedora’ que no perdía la oportunidad de ganar dinero; ya sea de manera lícita o ilícita.
Según los chats que han sido judicializados en el caso Purga, se detalla cómo la relacionista pública solicitaba cotizaciones adulteradas de instrumentos musicales que quería adquirir para la Fundación Renova, en la que ella era presidenta y fundadora.
“Pregunta del millón: ¿Se podrá duplicar esos valores? jajajaja… Y ganamos todos, porque en teoría lo va a pagar Estados Unidos”, escribió Salazar el pasado 25 de septiembre, cuando el usuario agregado en sus contactos de WhatsApp, José Miguel Gallardo Gutiérrez, le envió una cotización que ella le había pedido días antes.
La intención de Salazar era adquirir instrumentos musicales para un centro de adolescentes infractores, a los que, según los chats, se darían prácticas o actividades lúdicas como parte del plan de rehabilitación que proponía Salazar, a través de su fundación: “Instrumentos ni tan buenos ni tan malos, son adolescentes infractores, no son profesionales, pero tampoco que se dañen en un día”, detalló Salazar al solicitar la lista precios a nombre de Renova.
La lista de precios fue emitida por el usuario José Gallardo Gutiérrez, en un documento vía WhatsApp, sin especificar si los precios fueron adulterados o no. Sin embargo, tras recibir la nueva lista de precios, Salazar respondió con un “perfecto”.
Según los chats, la relación entre ambos era de músico a organizadora, pues él coordinaba con la exasesora de la Corte Provincial la llegada de los músicos e instrumentos a los eventos que organizaba las instituciones públicas.
Entre el listado de los instrumentos cotizados, al que Salazar pidió duplicar los precios para “ganar todos”, constaban instrumentos como: una batería, tres pares de baquetas, una guitarra eléctrica, un bajo, tres micrófonos, dos parlantes, una consola de audio, panderetas, 10 guitarras acústicas y 20 juegos de cuerdas para guitarras, según detallan los chats. La intención, según Salazar, era que “salga una bandita”.
José Miguel Gallardo Gutiérrez -quien además de músico y docente universitario formó la banda ‘Jazz The Roots’- para conocer si se concretó la venta de instrumentos musicales bajo la lista de precios adulterados.
Él, hijo de Miguicho Gallardo, dueño de Casa Musical Gallardo, refirió a este Diario no recordar lo sucedido: “Con Mayra solo hablábamos de trabajo, porque yo ofrecía mis shows a la Corte, nada más. No recuerdo si se cambiaron los precios… no se dio la venta”.
Los chats del capo del narcotráfico Leandro Norero, divulgados por la Fiscalía General del Estado en el caso Metástasis, develan que la privación de la libertad del Patrón en la cárcel de Latacunga solo era una mera formalidad.
En la práctica, Norero tenía lo que quería: comodidades, comida, protección e incluso armas. Para ello, además de utilizar la red que tejió al interior del Servicio de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad, utilizaba a sus operadores externos para ‘maquillar’ sus pedidos. Su principal socia era Mayra Salazar, a través de su Fundación Renova, según consta en una conversación entre ambos del 7 de agosto de 2022.
“¿Cuándo vienen a dejar donaciones?”, irrumpió Norero en la conversación, mientras chateaban sobre qué habían hecho durante el día, entre otras cosas. “¿Qué quiere que le lleve?”, contestó Salazar, quien intentando adelantarse a lo que podría pedirle el Patrón, le hizo hincapié en que “armas no”. (DIARIO CORREO)
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