Los mexicanos han visto pasar gobiernos de diferentes colores partidistas en los últimos 18 años que no han podido solucionar significativamente el que consideran es el principal problema del país: la inseguridad.
A partir de 2007 se empezó a registrar un gran aumento en las muertes producto de la violencia: hasta ahora son más de 450.000 los fallecidos, una alarmante cifra que no se había alcanzado desde la guerra civil de la Revolución Mexicana.
A lo largo de este periodo, Ciudad de México, la capital, pasó de tener problemas asociados a la delincuencia común, como asaltos o robos, a sufrir también el azote de bandas criminales asociadas al tráfico de drogas, que es el principal factor que ha contribuido a las cientos de miles de muertes violentas en todo el país.
En el gobierno de la alcaldesa Claudia Sheinbaum (2018-2023) comenzó a registrarse una disminución notable en el número de homicidios dolosos, que es considerado el crimen más grave. También otros delitos de “alto impacto” por su prevalencia mostraron un decrecimiento.
Sheinbaum, ahora presidenta electa del país, aseguró que esta reducción es resultado de su estrategia integral de seguridad y prometió implementarla en todo el país si ganaba la elección presidencial.
Además de varias propuestas específicas, Sheinbaum ha planteado llevar cuatro pilares de su estrategia de seguridad de Ciudad de México para sostener la ligera tendencia a la baja en homicidios dolosos que se ha visto en los últimos tres años a nivel nacional:
- apoyar a los jóvenes para que no se involucren en la delincuencia;
- mejorar las condiciones laborales de la policía. su formación y evaluación;
- implementar estrategias de inteligencia focalizadas en delitos de alto impacto y regiones específicas
- establecer una coordinación efectiva entre la policía y la fiscalía.
Para analistas sobre seguridad, sin embargo, resulta dudoso que una estrategia diseñada para las particularidades de Ciudad de México, con sus recursos y criminalidad local, pueda funcionar en un país donde grandes organizaciones paramilitares tienen capacidad de controlar -y pelear- grandes territorios.
“La complejidad del territorio nacional es enorme. Y si hablamos de paramilitarismo criminal, estamos hablando de otro mundo”, señala a BBC Mundo Guadalupe Correa, una experta en análisis de seguridad de la George Mason University (EE.UU.).
Céline González, analista sénior del centro de análisis de políticas públicas México Evalúa, señala que “la Ciudad de México es un caso atípico y con niveles de recursos que no hay en el resto del país”, por lo que tal estrategia no sería suficiente para lograr un cambio significativo a nivel nacional, opina.
Los resultados de Sheinbaum
Sheinbaum estuvo al frente del gobierno de Ciudad de México desde diciembre de 2018 y hasta junio de 2023, cuando se retiró del puesto para hacer campaña por la presidencia.
Como candidata, aseguró que los homicidios dolosos en la capital se redujeron 51% gracias a la estrategia implementada junto a su secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, así como por la coordinación con la fiscal general, Ernestina Godoy.
En ese periodo, los registros oficiales disponibles de dos fuentes (SESNSP, Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, e Inegi, Instituto Nacional de Estadística y Geografía) muestran que la capital mexicana vio un descenso en los homicidios dolosos a partir de 2019.
Sin embargo, la reducción sería inferior a la que promocionó Sheinbaum, quien en algunos documentos de su campaña detallaba que se refería al promedio de homicidios dolosos por día, no a la cifra total de muertes con violencia que se dio en su gobierno.
Si se comparan las cifras del SESNSP entre 2019 y 2023, la reducción fue de 44%. Los datos del Inegi arrojan una baja similar (42%), pero entre 2019 y 2022, que son sus últimos datos disponibles con un año completo.
González, que realizó un análisis pormenorizado de las cifras en un estudio de México Evalúa, señala que, en efecto, “se observa una disminución de homicidios dolosos en la Ciudad de México”.
Pero un punto llamativo es que desde antes del gobierno de Sheinbaum se dio un incremento en el registro de “muertes de intención no determinada”.
Y es que la ciudad llegó a tener registros de hasta 37% de este tipo de muertes -que incluyen suicidios, accidentes y homicidios- donde la autoridad no estableció la intención de esas muertes, lo cual puede influir en las cifras de homicidios, ya sea dolosos (intencionales), culposos (no intencionales) o de otro tipo.
Los opositores a Sheinbaum han señalado que esto podría ser parte de una manipulación de cifras. Pero González afirma que un maquillaje de estos números es algo muy difícil de hacer porque requeriría la implicación de muchas autoridades, de diversas instituciones, en diversos poderes.
Con su equipo también detectaron que se redujo ese tipo de muertes en los registros. “Si comparamos el periodo de Miguel Ángel Mancera [2012-2018] y Sheinbaum, pareciera ser que en el periodo de Sheinbaum bajaron estas muertes por intención no determinada. Y esto parece ser consistente con la baja de homicidios dolosos”, explica la experta.
Otros delitos de “alto impacto” también mostraron una baja, aunque no en la cifra global de 58% que Sheinbaum publicitó en su campaña. Los robos y asaltos, por ejemplo, se redujeron en 31% desde 2019 a 2023. La extorsión tuvo un descenso de 42% en el mismo periodo.
Sin embargo, los feminicidios en todo su periodo de gobierno aumentaron 17%, lo cual contrasta con las afirmaciones de la campaña por la presidencia que aseguraban que se habían reducido 42%, pero solo tomando el periodo 2021-2023.
¿Cuál es la estrategia?
El plan, aseguraba la entonces candidata, está basado en “cuatro pilares”: la atención de los jóvenes, el mejoramiento de la policía, las labores de inteligencia y la coordinación de autoridades.
Uno de los cambios más radicales respecto a otros gobiernos fue el dotar a la policía de Ciudad de México de capacidad de investigación. A diferencia del modelo que predomina en el resto del país, de policías preventivas, en la capital mexicana los policías ahora pueden hacer labores similares a las de “detective”.
Además, las víctimas de delito en la capital ahora no necesitan presentar una denuncia primero para que la fiscalía determine si la policía puede recabar elementos para perseguir delincuentes. Esto había hecho que la justicia fuera muy lenta en el pasado.
“Antes, la policía tenía que coincidir con el delincuente en tiempo, lugar y hora, en flagrancia, para detenerlo… Pasamos de ser una policía reactiva a una que también previniera delitos por medio de la investigación”, expuso García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana, en una presentación de la estrategia en agosto de 2023.
El exfuncionario -hoy senador electo- también señaló que eliminar barreras de competencias sobre delitos federales y locales permitió ser más efectivos. “Aquí en la ciudad, no importaba si fuera un delito del fuero federal o local, la instrucción era: ‘Resuélvanlo’”.
“Al fin y al cabo, a la gente no le importa si es un delito federal o local, lo que quieren es que se resuelva”.
En labores de inteligencia, Sheinbaum y su equipo también destacan que Ciudad de México pasó de tener 15.000 cámaras de videovigilancia a casi 75.000, lo que permite a su centro de control ofrecer una respuesta pronta a denuncias.
A ello se suma un aumento de sueldo 54% a los policías y una mayor capacitación.
Y como estrategia de atención a las causas de la violencia, Sheinbaum destaca la creación de preparatorias, universidades, espacios deportivos y culturales, así como los programas de becas que ofrecen transferencias directas de dinero a los jóvenes.
“Este es el enfoque de la seguridad que dará resultados en todo México: uno que haga hincapié en la consolidación de la paz, que aborde las causas profundas de la violencia, el abandono social y la vulnerabilidad, y que erradique la impunidad”.
“Se trata de un cambio total respecto al azote de la fracasada ‘guerra’ contra el narcotráfico declarada por el gobierno federal en 2006”, dijo en campaña Sheinbaum, que defiende la estrategia de seguridad del actual presidente y aliado político, Andrés Manuel López Obrador.
¿Puede funcionar en todo el país?
En su propuesta de seguridad nacional, Sheinbaum dice que continuarán los programas sociales para prevenir que los jóvenes -que representan la mayor parte de los muertos por homicidios dolosos- lleguen a las filas de las bandas criminales.
También quiere fortalecer la Guardia Nacional para que también tenga herramientas similares a las de la policía de Ciudad de México, pero bajo un mando militar, pese a que esto último ha sido criticado durante el actual gobierno de López Obrador.
Además, crearía el Sistema Nacional de Inteligencia para proveer a las fiscalías y fuerzas de seguridad con información antidelictiva. Y fortalecería la coordinación de las distintas instituciones de procuración de justicia.
Aunque las analistas consultadas consideran que hay aciertos en la estrategia diseñada e implementada para Ciudad de México durante el gobierno de Sheinbaum, advierten que es dudoso que un modelo similar pueda aplicarse en el resto del país y obtener los mismos resultados.
Sobre las acciones para los jóvenes, Correa y González advierten que aún no está comprobado que tengan un efecto sobre la seguridad pública. Estas requieren una aplicación de un periodo mediano de tiempo para verificar su efectividad.
Y las transferencias de recursos son muy inferiores a la oferta con la que las bandas reclutan a sus integrantes.
Por otro lado, Correa destaca en particular la “atención de crímenes de forma focalizada, es decir, enfocarse en ciertos crímenes, en ciertas áreas, que parece ser que dio resultados importantes”.
“Pero a diferencia de otras partes de la República, siempre la Ciudad de México ha tenido un comportamiento diferente de la delincuencia organizada, más segmentada, y con otros delitos”.
“No estamos hablando de narco, de grupos paramilitares, o bandas criminales que entran en conflicto por la disputa de una región”, explica Correa.
Por su parte, González hace notar que en Ciudad de México hay hasta 3,9 policías por cada 1.000 habitantes, mientras que en el resto del país la tasa es de solo 0,9. “Me parece muy difícil trasladar el modelo de la Ciudad de México a otros estados”, señala.
Y considera muy preocupante que la Guardia Nacional tenga un mando militar, como ha ocurrido bajo el gobierno de López Obrador.
“Ahí sí tenemos evidencia de que, entre mayor militarización, se genera mucha violencia. La confrontación entre fuerzas armadas y el crimen organizado aumentaron esa violencia. Muy poco ha podido resolver esta militarización del país, muy poco”, advierte.
Mientras tanto, el país se aproxima al cierre de un gobierno con una tendencia ligeramente a la baja de homicidios dolosos, pero un acumulado sin precedentes de víctimas (más de 170.000 al cierre de 2023), por lo que la seguridad volverá a ser el gran reto para la presidenta electa.
Fuente: BBC News Mundo
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