RADIO COLOSAL

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Manos limpias en Miami

Una agrupación corrupta gobernó por largo tiempo nuestro país. Su joven líder, de buena presencia, elocuente, aparentemente sincero, prometió combatir la corrupción, trabajar honradamente por el bienestar nacional, incorporar a su equipo de trabajo a los ciudadanos más preparados, capaces y honrados; convenció a una inmensa mayoría ciudadana y alcanzó la primera magistratura. Su gestión inicial fue aprobada, pues prometía ser eficiente.

Al transcurrir el tiempo se escuchaba con incredulidad denuncias tímidas de actos contrarios a un honesto accionar, pero, poco a poco, el gobierno se volvió impositivo, intolerante, vengativo, castigador de opositores, deshonesto e invasor de todos los poderes del Estado, irrumpió en la justicia, nombró jueces, fiscales, integrantes de consejos y tribunales.

Un pueblo engañado y cándido, lo respaldó varias veces con su voto y le permitió colocar una mayoría de asambleístas en la legislatura. Con todos los poderes dio rienda suelta a su verdadera ambición: enriquecerse él y sus compinches de cualquier manera: sobreprecios, coimas, pre ventas del petróleo, apuradas construcciones de hidroeléctricas, de refinadoras inexistentes, carreteras sobrevaloradas, dinero captado por contribuciones de países extranjeros y de los trabajadores nacionales para reconstruir las devastadas ciudades de la costa por el terremoto del 2016; desarmó los obstáculos establecidos para controlar el ingreso de narco traficantes, pactó con bandas ligadas a los narcos, las admitió en su agrupación e inclusive les convirtió a algunos de ellos en asambleístas. Estableció una fusión narco política criminal que ha venido ocasionando un sanguinario clima de asesinatos, asaltos, secuestros y extorsiones; parecía una tragedia interminable y no se avizoraba su final. Un político valiente, Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia de la república, enfrentó, descubrió e hizo públicas las incontables formas de hurto que caracterizaron a la mencionada administración, involucró a muchos individuos, y estos pusieron precio a su vida y terminaron con ella, en un desesperado afán de no ser investigados y juzgados. A esa actitud valiente sucedió la actuación patriótica y decidida de la fiscal general, Diana Salazar, que no ha dudado para capturar, en varios casos, a abogados, jueces, fiscales, policías, militares y políticos coaligados en actos delincuenciales. Nace, con la fiscal, la esperanza de iniciar una lucha implacable contra los delincuentes y criminales.

La justicia nos brinda grandes satisfacciones cuando es ejercida con corrección y una de ellas es la que sucede en Miami, en el juzgamiento del ex contralor Pólit, que revela una cascada de sobornos recibidos por  altos funcionarios del correísmo y por el ex contralor, entre ellos el exvicepresidente Glas, delincuente protegido por una diplomacia contaminada con obscuras relaciones de sus presidentes con dinero recibido del narcotráfico y por dictadores que apresan, quitan la nacionalidad, o imponen prohibiciones de participación a candidatos que pueden alcanzar triunfos electorales.

Estos mandatarios de obscuros procederes integran un ”club” que da cabida  a sentenciados y prófugos y brinda espacio para que el expresidente del Ecuador y la expresidente de la Asamblea clamen por castigos y multas a su patria, no obstante que en ella permanecen sus padres, hermanos, amigos y coidearios. Este clamor expresado, sin consideración alguna, permite calificar a estos seres malos como traidores a la patria.

La desesperación, que repleta el espíritu de estos individuos, les motiva a buscar permanentemente la manera de desprestigiar e impedir la labor gubernamental. Desgraciadamente, el gobierno tiene que ser víctima de un error advertido: haber pactado con ese grupo que, si traiciona a su patria, no duda en violar cualquier acuerdo, pues su única lealtad es con la búsqueda de inmunidad de todos los actos de corrupción con los que tanto daño han hecho al país. Estos individuos bregan por el NO, en la Consulta, sobre todo para no ser extraditados, el país necesita recuperar la dignidad, la paz y crecer con libertad, para ello debemos respaldar el cambio, ojalá se haya impuesto el SI. Estas letras se las trazó el viernes 19 de abril. (REINALDO PAEZ – DIARIO EL COMERCIO)